«No hacen más que pedir pero poner poco». Así empezaba el concejal no adscrito Juan Ángel Ferrer su rueda de prensa sobre la reclamación que hace al equipo de gobierno de Agustín Navarro, para que cree un comedor social en Benidorm, «tal y como prometíamos que haríamos en el programa electoral con el que ambos nos presentamos en las elecciones locales de 2011». El concejal considera que con una partida de 100.000 euros podrían avalar, durante un año, un lugar de estas características en un centro social, para así poder equipararse a otras ciudades donde sí los hay como Alicante, Elche, Valencia o Benicarló. El edil denunció demasiada preocupación de los líderes del gobierno local por «aparecer en la foto» y poca sensibilidad ante una demanda social que, «según las diferentes organizaciones sociales de Benidorm, cada vez hay más personas que la precisan». Asimismo, se quejó de las descalificaciones que tuvo que soportar por proponer que algunos centros educativos abrieran su comedor en verano. También criticó a la concejal Cristina Escoda, ya que «manifestó que la creación de un comedor social era un parche y venía a ser como la sopa de los pobres», recordó Ferrer.