Como si un día antes no hubiese ocurrido nada. Las críticas del martes de la primera teniente alcalde y líder de los liberales, Gema Amor, a la forma en la que los socialistas han gestionado el presupuesto municipal y la bronca que éstas generaron entre ella misma y la concejal de Hacienda y Personal, la socialista Natalia Guijarro, un día después, dieron paso ayer a una situación de calma entre los dos grupos que conforman el gobierno local de Benidorm. Calma, aunque tensa, a la espera de ver cómo respiraba el contrario.

Desde la facción socialista del ejecutivo local insistieron, como vienen haciendo desde el martes, en que la estabilidad del gobierno está garantizada y en que el pacto se mantendrá hasta el final de la legislatura. Entre ellos, el propio Agustín Navarro, quien además participó en algunas reuniones junto a la edil liberal. «Son circunstancias normales en la convivencia de un gobierno, máxime cuando además es un gobierno en coalición, y en un asunto como son los presupuestos es normal que surjan tensiones», dijo el alcalde, quien también afirmó que «Gema Amor y Natalia Guijarro son dos personas con caracteres muy fuertes pero ambas saben perfectamente anteponer la gestión municipal a los asuntos personales». Asimismo, Navarro aseguró que el pacto «no peligra en absoluto, pues no podemos permitirnos el lujo de romperlo y perjudicar a la ciudadanía porque necesitamos que los inversores privados continúen confiando en la ciudad y para ello necesitamos ofrecer una estabilidad política».

Mientras, los tres ediles del grupo liberal se reunieron ayer por la tarde para analizar la documentación aportada el miércoles por Guijarro sobre los presupuestos y abordar al detalle los fondos destinados a sus concejalías. Amor no quiso adelantarse a valorar el documento hasta ver partida por partida.