La de esta noche puede que sea la mejor edición del Castell de l´Olla en sus treinta años de existencia. La maestría y profesionalidad del pirotécnico Ricardo Caballer, un esplendido mar en calma y la colaboración de los dioses Perseo y Neptuno se unieron en sintonía para que los fuegos artificiales formaran una sinfonía de sonidos luces y colores como pocas veces se ha visto.

La playa de la Olla estaba abarrotada dos horas antes del inicio del espectáculo pirotécnico que, según Ricardo Caballer, «es el más grande de la Comunidad Valenciana». Los vagones del Tram llegaban a Altea abarrotados de gente hasta minutos antes de medianoche, hasta el punto de que muchos se quedaron en los apeaderos sin poder subir.