Una arriesgada propuesta para erradicar un problema que se ha cronificado en las playas de Benidorm. La proliferación de personas, conocidas como «cuberos», que se dedican a vender bebidas de manera ilegal en los arenales de la ciudad turística trae de cabeza al gobierno local de Benidorm, concretamente al responsable de Seguridad Ciudadana y Playas, el popular Lorenzo Martínez. La mayor presencia policial frente al mar, durante los meses de temporada alta, tan sólo ha servido para elevar el número de sanciones que se imponen por este tipo de oferta ilícita, pero no llega al fondo del problema. «Se declaran insolventes y prosiguen con el negocio», lamentó ayer el edil. De ahí que Martínez haya decidido dar un paso al frente y poner encima de la mesa la posibilidad de autorizar este tipo de actividad con el fin de acabar con la oferta ilegal, según pudo saber ayer este diario.
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De hecho, el concejal de Seguridad Ciudadana y Playas planteó ayer esta posibilidad a varios grupos de la oposición, entre los que se encontraban representantes de Ciudadanos (Cs), PSOE y Compromís-Los Verdes, durante un encuentro informal que se celebró durante la mañana de ayer en la primera planta del Consistorio. Una medida que todavía está en «fase embrionaria», como confirmó a preguntas de este periódico el propio edil Lorenzo Martínez.
«Con la presencia policial no basta», apuntó ayer el regidor a la vez que consideró que la dificultad de erradicar el problema se debe a que existe una demanda». De esta forma, Martínez justificó la propuesta realizada ayer ante algunos grupos de la oposición.
Tres ejes de acción
Así las cosas, la idea del edil pasaría por conceder una serie de autorizaciones con carácter especial para regularizar la oferta de bebidas en los arenales de Benidorm a la vez que se mantendría el otro eje de acción contra los «cuberos» a través de la presencia policial, que seguirá siendo superior en los meses de temporada alta en las playas de la capital de la Costa Blanca. El tercer foco de actuación lo constituirían las campañas de concienciación a través de cárteles y anuncios. Una manera de alertar también a los bañistas de los riesgos de consumir las bebidas que ofertan los vendedores ambulantes ilegales.
No obstante, cabe destacar que la propuesta de autorizar de forma ocasional la venta de bebidas en las playas de Benidorm todavía está en fase de estudio y, además, no es sinónimo de dar vía libre a la puesta en marcha de chiringuitos en los arenales de la capital de la Costa Blanca, que han estado vetados históricamente a diferencia de otros destinos turísticos de sol y playa. «La intención es contar con la ayuda de los empresarios de los bares y restaurantes ubicados en primera línea», detalló ayer el concejal de Playas y Seguridad Ciudadana, quien a su vez insistió en que se trata de una «demanda» que existe por parte de los visitantes de los arenales y que, por tanto, el Ayuntamiento debe plantearse cómo ofrecer ese servicio de manera legal.
Modus operandi
Hay que tener en cuenta que en los últimos años los «cuberos» han ido perfeccionando su forma de operar. Si hace una década era un único individuo el que se paseaba por los arenales con las latas que podía llevar a cuestas, ahora van en grupos y uno se ocupa de vigilar para evitar el control policial. Todo un sistema montado para no ser pillados «in fraganti».