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El alcalde de Benidorm desliga al indigente tatuado del turismo

«La historia de Tomek no tiene nada que ver con el hecho turístico. Se trata de un caso depravación humana». Así de tajante se manifestó ayer el alcalde de Benidorm, el popular Toni Pérez, tras tener que ver cómo la ciudad que dirige volvía a estar en el centro de la polémica por el indigente que aceptó tatuarse el nombre del novio de una despedida de soltero de británicos a cambio de 100 euros, siempre según la versión de la asociación de vecinos que así lo ha denunciado. El primer edil lamentó que haya quien se fije antes en el escenario del hecho, que en el hecho en sí y consideró que se trata de una «caso aislado». El Ayuntamiento ha intentado, sin éxito, localizar a Tomek, que está en paradero desconocido.

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