Niños que sueñan con ser astronautas, estudian para ingenieros y acaban sirviendo cañas detrás de la barra de un bar hasta encontrar algo mejor. Ésta podría ser a grandes rasgos la radiografía de lo que ocurre prácticamente a diario en el mercado laboral de Benidorm y la Marina Baixa, donde el sector de la hostelería es el principal empleador, no sólo entre la gente sin formación o con estudios básicos, sino también entre los ciudadanos que han cursado estudios superiores. El peso del turismo sobre la economía de esta comarca ha hecho, por tanto, que la de camareros asalariados sea la ocupación más contratada en los municipios de esta zona, según recogen las estadísticas realizadas por el Servicio Valenciano de Empleo y Formación, dependiente de la Generalitat.
Por contra, en el resto de comarcas de la provincia, enfermeros, auxiliares de Enfermería, peones, administrativos, profesores, médicos de familia, cajeros, educadores o cuidadores de dependientes son otros de los oficios que completan esta lista, que en la Marina Baixa, además de los camareros, se circunscribe prácticamente en su totalidad a ocupaciones relacionadas con la atención al turista. Mientras, los servicios profesionales que requieren de titulaciones universitarias o de mayor especialización ni siquiera aparecen entre las diez profesiones más demandadas, ni para personas con estudios superiores ni para el conjunto de los contratos a lo largo de un año.
21.007contratos para trabajar de camarero a lo largo de un año
20%para gente con carrera, Bachiller o que acabó la ESO
682bares, uno por cada 99 ciudadanos empadronados en Benidorm
Más bares que en ningún sitio
La cifra no es casual. Sólo en Benidorm, el sector de la hostelería mueve cientos de empleos. A saber: 131 hoteles, 11 pensiones y hostales y 11 campings requieren de personal, mucho personal, para atender a sus clientes. Y gran parte de las plantillas se circunscriben al ámbito de camareros, tanto en las cafeterías como en los restaurantes de estos alojamientos. Pero la cosa no acaba ahí. La capital turística de la Costa Blanca tiene también en funcionamiento ni más ni menos que 277 restaurantes, 129 cafeterías, 143 disco-pubs, 25 discotecas o salas de fiesta y, ahí es nada, 682 bares, según los datos recogidos por el Ayuntamiento en la publicación «Benidorm en Cifras 2018». Dicho en otras palabras, un bar por cada 99 ciudadanos empadronados en la localidad. Con estos datos, es comprensible que ser camarero sea, muchas veces, casi la única opción.
La realidad laboral
¿De cuántos empleos estamos hablando? La última estadística autonómica sobre las ocupaciones más contratadas publicada por la Generalitat, que ofrece datos de 2017, apunta que el 16% de todos los ciudadanos con estudios superiores que firmaron un contrato en la Marina Baixa en ese periodo lo hicieron como camareros asalariados. O, dicho en otras palabras, un total de 744 altas, seguidas muy de lejos por vendedores -404 contratos-, asistentes jurídicos -237- o enfermeros -208-, entre otros.
Si bajamos un escalón en el listón de las titulaciones y buscamos entre los ciudadanos que no alcanzaron los estudios universitarios o el Bachiller pero se quedaron a las puertas, la cifra se dispara todavía más. Así se recoge en esta misma estadística, según la cual en el apartado de ciudadanos que finalizaron la segunda etapa de estudios de Secundaria, es decir, tercero y cuarto de la ESO, se sellaron ni más ni menos que 4.482 contratos de camarero; esto es, el 28% del total para este nivel de estudios. Por detrás de ellos, vendedores en tiendas o almacenes -1.582 contratos-, personal de limpieza en oficinas u hoteles -1.197- o animadores comunitarios -1.009-. Por último, ciudadanos con primero y segundo de la ESO firmaron 8.193 contratos de camarero, mientras que para gente con estudios primarios hubo 7.588 oportunidades laborales detrás de la barra de un bar.
