Un ciudadano marroquí de 50 años y en situación irregular en España ha sido detenido en Altea por la Guardia Civil como presunto captador de jóvenes para la organización terrorista Daesh. Los investigadores le acusan de reclutar a jóvenes a través de internet y radicalizarlos para que se sumen a la yihad. Además del reclutador, que ha ingresado en prisión preventiva por orden de la Audiencia Nacional, agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil detuvieron también en Alicante a otra persona, también de origen magrebí, que presuntamente fue radicalizada por el reclutador con la finalidad de comprobar sus actividades terroristas. Sin embargo, el detenido fue puesto en libertad tras prestar declaración en sede judicial.

La operación, realizada con el apoyo de Europol y dirigida por el juzgado central de Instrucción número 2 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional, destapó las actividades que realizaba el apresado para captar a jóvenes y radicalizarlos. El arrestado es militante del Daesh por propia vocación y dedicaba gran parte de su tiempo a «buscar, editar, comentar y difundir material propagandístico» de la organización.

Accedía a redes sociales para buscar usuarios que podrían ser susceptibles de ser captados para la yihad y los redirigía luego a aplicaciones de mensajería privada para profundizar en los procesos de radicalización y enviarles contenidos digitales del Daesh.

Todo ello lo llevaba a cabo adoptando continuadas medidas de seguridad para no ser descubierto por las Fuerzas de Seguridad.

La labor de radicalización la ejercía diariamente desde su domicilio en Altea y la Guardia Civil considera que el detenido estaba integrado virtualmente en Daesh.

Para los expertos de la lucha contra el yihadismo de la Guardia Civil, esta modalidad de cooperación es considerada, en el nivel actual de amenaza terrorista, «igual de importante que combatir en zona de conflicto o llevar a cabo ataques en países occidentales». Prueba de ello es que la Audiencia Nacional ha acordado su encarcelamiento sin fianza.

Según los investigadores, el detenido compartía plenamente la visión violenta de Daesh e intentaba compartirla y difundirla en la red, donde llegó a resaltar que la pandemia del covid-19 es un castigo contra Occidente, algo que ha difundido también la organización a través de sus medios propagandísticos habituales.

Uno de los mayores de retos de los agentes que luchan contra el yihadismo es detectar procesos de radicalización en personas captadas por reclutadores del Daesh, ya que pueden generar un riesgo para la seguridad de la ciudadanía.

La Guardia Civil ha reforzado todos los dispositivos operativos y líneas de investigación relativas a la amenaza terrorista desde la elevación al nivel 4 de alerta antiterrorista en junio de 2015, «especialmente aquellas sobre individuos inmersos en un proceso de radicalización que pueda desembocar en el desplazamiento a zona de conflicto o en la comisión de acciones terroristas en los países de residencia, lo cual supone en la actualidad una de las principales amenazas sobre los países occidentales».

Este refuerzo se ha intensificado aún más desde el comienzo de la pandemia ante la posibilidad de que Daesh u otra organización terrorista pudiera aprovechar el escenario sanitario.