A partir de este próximo lunes 2 de noviembre se cerrará al paso de los viandantes la pasarela peatonal que cruza sobre las vías del TRAM, y que une la plaza del Ayuntamiento con el callejón adyacente al Centro Social de la Tercera Edad. El concejal de Infraestructuras, Diego Zaragozí, señaló este viernes que el cierre de la pasarela “se debe a la reforma integral y cambio del suelo de madera, que está bastante deteriorado por el importante flujo de transeúntes que soporta esta infraestructura”. El edil indicó que el presupuesto de la obra es de 15.900 euros, y afirmó que está previsto que su duración “sea de 7 días”.

Zaragozí añadió que en el futuro está previsto ampliar el trazado de la pasarela “con más curva para rebajar la pendiente del tramo que va entre la plaza del Ayuntamiento y las vías del TRAM, una vez esté aprobado el proyecto de ampliación de la Casa Consistorial, así como su remodelación y la mejora de la conexión entre la plaza del Ayuntamiento y la avenida Comunidad Valenciana. Incluso puede que se haga una rampa mecánica”, apostilló.

Una pasarela con 15 toneladas de peso

La actual pasarela peatonal, totalmente metálica y de una pieza, pesa 15 toneladas, está a 4,10 metros de altura sobre las vías del TRAM con una pendiente media de un 10 por ciento, tiene 43 metros de largo y 2 de ancho. Comenzó a construirse a primeros de octubre de 2000 con un presupuesto de 84.000 euros, y se inauguró el 24 de noviembre de ese año. Esta se construyó gobernando el PP en el Ayuntamiento de Altea, y sustituyó a la primera pasarela que se construyó en 1994 para la seguridad de los ciudadanos que cruzaban las vías del “trenet” a ras de suelo, sin barreras que lo impidieran, cuando gobernaba el municipio la coalición CDS-PSOE-UPV, que también consiguió que Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana construyera el nuevo apeadero de La Olla.

La pasarela peatonal sobre el TRAM entre el Ayuntamiento y el Centro Social se cerrará del 2 al 9 de noviembre por obras

Sustitución de escalones por una rampa

La de 1994 tenia escalones hasta los 5,5 metros de altura para cruzar las vías ferroviarias, pero se impedía el paso de minusválidos, personas con su carro de compra y el transporte de bebes sobre sus carros, que tenían que hacer un recorrido más largo para acceder a la zona comercial desde La Huerta desviándose por las calles Acèquia y Pont de Montcau, o por la calle Garganes.

En 2000, el equipo de gobierno popular comenzó a eliminar las barreras arquitectónicas del municipio, y una de las actuaciones más importantes fue la de esta pasarela que facilita el tráfico peatonal para acceder desde la Huerta y el polígono Garganes-Basseta al centro comercial y administrativo del casco urbano. Se colocó pavimento de goma sintética y las barandillas se hicieron con cristales de seguridades irrompibles e inastillables para evitar accidentes. Tres años después, con un presupuesto de 4.880 euros, se sustituyó el revestimiento del suelo de la pasarela por el desgaste del paso de los peatones, carros de bebé, y bicicletas que dejaban al descubierto el metal y provoca peligro de caída, sobre todo cuando llovía.

Y ahora, gobernando la coalición Compromís-PSOE, se va a actuar de nuevo sobre la pasarela por donde circulan cientos de personas diariamente. Aunque, como señaló el edil Diego Zaragozí, “posiblemente dentro de un tiempo se hará otra nueva o se instalará una rampa mecánica. Todo depende de lo que decida el jurado del concurso de ideas para la reforma y ampliación de la Casa Consistorial y mejora de la conexión entre la plaza del Ayuntamiento y la avenida de Valencia cuyo plazo de presentación de propuestas se acabará el 30 de noviembre”.