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La torre InTempo cuelga la bandera 14 años después de empezar a construirse en Benidorm

El rascacielos, emblema del estallido de la burbuja inmobiliaria, escenifica la finalización de las obras con un acto a 200 metros de altura - Los promotores prevén obtener la licencia de ocupación en julio

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La torre InTempo cuelga la bandera 14 años después de empezar a construirse en Benidorm David Revenga

Fue durante años emblema del estallido de la burbuja inmobiliaria y, en paralelo, su peculiar estructura lo acabó convirtiendo en uno de los iconos más reconocibles del skyline de Benidorm. Para bien y para mal, sobre él se han escrito ríos de tinta. Y este martes, la torre InTempo, volvió a escribir un capítulo más de su particular historia. El mayor rascacielos de la ciudad turística y uno de los edificios residenciales más altos de Europa ha colgado la bandera de España a más de 200 metros de altura para escenificar el fin de unas obras de construcción que se han demorado durante más de 14 años, con varias paralizaciones de por medio y cambios en la propiedad.

El acto simbólico tuvo lugar en la azotea del edificio, siguiendo una de las tradiciones en el sector de la construcción más arraigadas de nuestro país. Roberto Pérez-Guerras, arquitecto que diseñó la torre y que ha dirigido las obras en la primera y la última etapa, explica que en su momento, cuando se acabó la estructura, «no pudimos conmemorar este hito porque el edificio estaba envuelto en multitud de problemas, así que hemos querido rescatar esta tradición ahora que la obra ha finalizado por completo, porque es algo que nos merecíamos celebrar». No en vano, el técnico hizo alusión a la figura de quien gestó de cero el proyecto, el constructor José Ignacio de la Serna, fallecido en febrero de 2015 sin poder ver coronado su mayor sueño y cuando el inmueble y su promotora, Olga Urbana, estaban ya gestionados por la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), más conocida como «banco malo». «Él siempre deseó hasta su último día que el InTempo se pudiera acabar y por fin su sueño se ha hecho realidad», recordó Pérez-Guerras.

La torre InTempo cuelga la bandera 14 años después de empezar a construirse en Benidorm

40% de los pisos vendidos

A falta de rematar la limpieza y pequeños detalles en algunas de las 256 viviendas distribuidas en 45 plantas, el edificio InTempo se encuentra ya prácticamente finalizado en su totalidad. De hecho, según el arquitecto responsable de la obra, la previsión de sus promotores pasa por que el Ayuntamiento de Benidorm conceda a lo largo del mes de julio la licencia de ocupación, de modo que los primeros apartamentos puedan empezar a ser entregados a partir de agosto.

Fuentes de la promotora encargada de la comercialización, Uniq Residential, han explicado que ya están reservadas el 40% de las viviendas que componen el icónico edificio, cuyos precios oscilan entre los 250.000 euros y más del millón de euros. «El lujo y la particularidad de este gran edificio han atraído a muchos clientes extranjeros, como rusos, nórdicos, franceses o alemanes, pero también se han apreciado un gran número de reservas por parte de españoles», mantienen desde la propiedad. De hecho, aseguran que desde que se iniciara el proceso de venta, se han observado tres perfiles: el de residente, que usaría el piso durante los periodos vacacionales; el de inversor, que tiene el objetivo de obtener un beneficio económico a través de la rentabilidad del alquiler, y uno mixto, para disfrutarlo una parte del año y otros meses alquilarlo. Piscinas, zonas infantiles, restaurante para residentes, zona «wellness», gimnasio y servicios de fisioterapia o de entrenador personal, entre otros, completarán la oferta de servicios previstos, después del desarrollo de un proyecto de mejora y renovación sobre los primeros planos que han llevado a cabo conjuntamente Uniq Residential y el estudio de Pérez-Guerras.

Enseña del «crack»

Las obras de construcción de la torre InTempo se iniciaron en mayo de 2007 y a lo largo de estos catorce años se han visto envueltas por igual en periodos de luz y de sombra. Poco antes de que comenzara la crisis del ladrillo, la mercantil Olga Urbana, SL, participada por De la Serna y otros dos empresarios benidormenses, consiguió de Caixa Galicia un crédito hipotecario de 93 millones de euros para comprar el solar y construir el edificio. La reestructuración bancaria y la extinción de Nova Caixa Galicia, la nueva entidad surgida tras la fusión de las dos cajas gallegas, dejó en 2013 el crédito en manos del «banco malo», cuando Olga Urbana todavía le adeudaba más de 52 millones. La entidad impuso un férreo plan de control del gasto y acabó paralizando la construcción del edificio, hasta que en noviembre de 2017 lo vendió por 60 millones al fondo estadounidense SVP Global. Cuatro años después de hacerse con el crédito, este fondo concluirá finalmente la construcción del coloso.

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