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PRESIDENTE DE HOSBEC

Toni Mayor Suárez: «Si el Gobierno no prorroga los ERTE, algunos hoteles pueden ir a la quiebra total»

Asegura que el turismo nunca antes había atravesado una crisis comparable a la actual pero defiende que, incluso así, la industria ha demostrado su fortaleza: «Salimos más pobres y más endeudados, pero la mayoría hemos sobrevivido». Ahora, todas las incógnitas se ciernen sobre un otoño en el que el sector necesita como el agua el despegue del turismo internacional para poder seguir a flote

El presidente de Hosbec, Toni Mayor, en el solarium del hotel Port Benidorm, el buque insignia de su cadena hotelera

A principios de verano, durante la asamblea general de Hosbec, llamó la atención sobre el mal momento que atravesaba la industria turística con una frase que venía a decir algo así como que estábamos en los peores meses de toda su historia empresarial. Después de un verano que casi ha rozado los números de ocupación de 2019, ¿sigue pensando igual?

Sí, igual. Ha sido un mes de agosto bueno, pero venimos de un año y medio en el que la planta hotelera ha estado prácticamente cerrada. Hemos sufrido mucho. Y, además, hemos recuperado poco, muy poco, turismo extranjero. Este verano hemos hecho algo, pero no hay que perder de vista que en Benidorm, por ejemplo, sigue habiendo 30 o 35 hoteles que están todavía cerrados desde marzo del año pasado, no han abierto ni un solo día, algo que en plena temporada en otras épocas habría sido inimaginable.

Ustedes ya han alertado de que el otoño y el invierno tampoco se presentan, al menos por ahora, mucho mejor.

Tenemos muchas dudas. El mercado británico está recuperándose poco a poco, va algo mejor, los touroperadores parece que se empiezan a mover y las reservas crecen algo, pero hablamos de porcentajes que aún son muy pequeños. A lo mejor de cara a esta semana podríamos hablar de un volumen de un 10 o un 11%, cuando en un escenario normal estaríamos en un 35-40%.

¿Hay esperanzas de que, como ha ocurrido este agosto, los datos den un vuelco?

La esperanza es ver que la vacunación crece, que en España ya hemos superado el 70% de vacunados y que en Reino Unido y en Europa también están en porcentajes muy altos. En mes, mes y medio, deberíamos estar en una situación mucho mejor que la actual. Pero, claro, siempre puede surgir una nueva variante y echarlo todo a perder. Por eso, tenemos que optar: o actuamos con prudencia y disciplina o habrá más restricciones, porque el riesgo va a seguir todavía durante un tiempo. No podemos repetir los fallos de principios del verano: nos pensábamos que todo había acabado, nos dijeron que fuera mascarillas, fuera todo, y caímos en la quinta ola. Eso no puede volver a pasar. Y digo esto, poniendo sobre todo en valor que los hoteles, los parques temáticos, la oferta en general de la Costa Blanca ha estado funcionando a pleno rendimiento este verano y no ha habido casos de grandes contagios ni de alojamientos que hayan tenido que cerrar por tener un brote. Eso tiene que ser un aval para que la gente confíe y para que los mayores sigan viniendo en otoño e invierno.

¿Un repunte importante del mercado británico permitiría mantener la planta abierta o, aún así, vamos a volver a ver hoteles cerrados un invierno más?

Para que la planta hotelera continúe abierta los gobiernos europeos tendrían que flexibilizar la movilidad internacional, que ya parece que está siendo así, y en ese caso podríamos encontrarnos con la sorpresa de que a finales de septiembre eliminaran toda restricción. Con ello estaríamos entrando en una normalidad cada vez más semejante a lo que conocíamos en 2019.

¿Los apartamentos y campings están en la misma situación?

Quizás ellos sí puedan aguantar mejor. Su evolución ha sido mejor que la hotelera, igual que a la restauración. Y lo mismo ha ocurrido en otros destinos de costa muy consolidados con turismo nacional, como Dénia, Calp, Xàbia, Gandía, Peñíscola. Aquí, en Benidorm, trabajando tradicionalmente con un 50% de turismo nacional en verano, habrán venido un 15% más pero no hemos conseguido tapar el agujero del mercado internacional.

¿Cree que hace falta un cambio de modelo para no depender tanto de los foráneos?

Más que un cambio, creo que hay que hay que trabajar y esforzarse por fidelizar todo el mercado nacional prestado que hemos tenido este verano. Muchos de los que han venido son españoles que, en otras circunstancias, habrían viajado a Miami, a Sudamérica, a Asia,... pero que, por el covid, han optado por quedarse aquí. Y, además, son un mercado que quizás viene con algo más de dinero para gastar, lo cual es muy bueno. El reto ahora es conseguir que después de este verano, vuelvan.

Al margen de los turistas extranjeros, la otra gran incógnita es el turismo senior.

Ese ha sido históricamente nuestro mercado en septiembre y octubre, dos meses que también han sido siempre muy buenos en ocupación, pero tampoco sabemos qué va a pasar. Hay que ver si la gente, después de haberse vacunado, le pierde el miedo a viajar o no. Por eso decía antes lo de confiar.

Y el Imserso. Iniciado ya septiembre todavía no sabemos qué empresa organizará unos viajes que, según el Gobierno, empezarían a llegar en el mes de octubre.

Lo del Imserso son palabras mayores. Es un nido de reiterativos incompetentes. Ahora hay que ver a quién se le adjudica, hablar con ellos e intentar rascar esos 25 euros que el Gobierno dice que vamos a cobrar los hoteleros por cada plaza. Pero, con todo, no hay palabras para definir la humillación que supone este programa. ¿Cómo es posible que no se den cuenta del momento por el que estamos pasando; que no se den cuenta de que las medidas covid encarecen el coste para las empresas? ¿Cómo puede ser que en tres años no prevean ninguna subida de precio, cuando el IPC sube y también el salario de nuestros trabajadores? ¿Qué clase de gente es la que hace los pliegos, tan insensible, que no atiende ni siquiera lo que piden los propios usuarios? La mayoría de jubilados dice que no les importaría pagar un poco más por poder seguir viajando. Nadie deja de ir de vacaciones por 15 o 20 euros más. Por eso lo del Imserso son ganas de machacarnos innecesariamente; son unos masoquistas sociales.

¿Puede darse el caso de que haya hoteles que decidan no participar en el programa?

Habrá que sí, es posible. Para un hotel de cuatro estrellas, aguantar con precios tan bajos es muy complicado porque seguramente no se cubran ni los costes. Si el turismo internacional se recupera, es probable que muchos hoteleros decidan prescindir del programa e intentar trabajar con mercados más rentables. Pero me temo que la mayoría acabarán haciendo de tripas corazón y, muy a su pesar, acabarán firmando por mantener plantillas y evitar la estacionalidad laboral.

¿Cree que las administraciones públicas han estado a la altura para dar una respuesta ante la crisis en la que el covid-19 ha sumido al turismo?

Yo siempre digo que si no fuera por el turismo, España todavía seguiría yendo en burro. No sé si es una expresión muy acertada, pero es lo que pienso. Pues bien, en este aspecto, las administraciones públicas todavía van en burro: en cuanto a ayudas y en cuanto a reconocimiento del sector. Y el Imserso es el ejemplo más claro. No han estado a la altura y no hay forma de que consideren al turismo. Aunque se les llene la boca de decir que es un sector estratégico, a la hora de la verdad, ni hay ayudas ni hay apoyo.

Hosbec no ha parado de reclamar un plan de ayudas directas que sigue sin llegar.

Así es. Se han tomado algunas medidas, pero han sido insuficientes. Por ejemplo, la Generalitat puso en marcha el bono viaje, que ha sido un estímulo para la demanda valenciana. Ha funcionado bien y están en proceso de hacer otro para el invierno, pero hay que retocar cosas para que las estancias no se limiten solo al fin de semana, sino para alargar un poco las pernoctaciones y que la ocupación se sostenga más días.

¿Y el Gobierno central?

El Gobierno central, nada, ni un euro. Bueno, siendo sinceros, en su momento tuvimos los ICO y también han estado los ERTE, pero no han sido medidas para el turismo, sino que han beneficiado a muchos otros sectores. Si me preguntas por ayudas específicas y directas, no créditos que hay que devolver, por ahora no ha llegado nada.

Mayor cree que, si no se prorrogan los ERTE, muchas empresas turísticas verán peligrar su futuro. | DAVID REVENGA

Sin embargo, sin los ERTE habría sido todo más difícil. Su vigencia finaliza el 30 de septiembre y en la provincia, por ejemplo, todavía sigue habiendo casi 9.000 trabajadores dentro de un expediente de regulación temporal. ¿Temen que, como plantean algunas voces, no haya nuevas prórrogas a partir del 1 de octubre?

Está claro que los ERTE han ayudado, pero también los empresarios hemos tenido que poner dinero de nuestro bolsillo. En las empresas de menos de 50 empleados, la subvención les cubría al cien por cien; pero las que somos más grandes hemos tenido que seguir pagando una parte de las cotizaciones. ¿A partir del 1 de octubre? Yo creo que si no hay una nueva prórroga, muchas empresas se van a ver seriamente comprometidas para continuar. Sigue habiendo muchos hoteles que no han abierto desde marzo del año pasado, no sólo en Benidorm o en la Costa Blanca, también en Cataluña, en Baleares, en Andalucía... en muchos puntos de España. No es un problema solo nuestro. Si ahora nos quitan la ayuda del ERTE, algunos pueden ir a la quiebra total.

Una de las cuestiones que Hosbec siempre pone en valor es la inversión en infraestructuras. ¿La crisis sanitaria ha ralentizado actuaciones pendientes?

Hay un AVE a Huesca sin apenas pasajeros mientras que Benidorm sigue sin tener un ramal que utilizarían cientos de personas al día, ¿quién entiende eso? Seguimos con malas conexiones entre el aeropuerto, el AVE y la Marina; en la provincia seguimos con la pelea por el tema del agua. Por no hablar de inversiones a nivel autonómico o local. El Ayuntamiento tiene que consensuar con otras administraciones la terminación del Centro Cultural y el Palacio de Congresos; reclamar que los fondos europeos sirvan para rematar la avenida del Mediterráneo o ampliar el paseo marítimo de Poniente.

Ustedes, a pesar de todo, han seguido invirtiendo.

Sí. En plena pandemia se han seguido reformado hoteles. En el caso de Benidorm, una decena completamente y se han abierto otros nuevos, algo que no habría pasado en ninguna otra industria. Nadie va a construir una fábrica más grande para producir más género si no vende el que ya tiene fabricado. Pues bien, los hoteles se siguen ampliando y renovando y construyendo, porque sabemos que la regeneración hotelera es necesaria para revitalizar también la ciudad.

Además, al inicio de la pandemia, sobre la industria hotelera sobrevoló el interés de algunos fondos por comprar hoteles a precio de saldo aprovechando el cierre masivo de camas. Sin embargo, en un destino donde el turismo tiene un marcado carácter familiar, apenas hay empresas que hayan tenido que vender para sobrevivir. ¿Cómo ha sido posible?

A algunas grandes cadenas sí les ha costado más resistir a nivel global, porque quizás tenían más deudas. Pero aquí no; somos un sector fuerte. De esta vamos a salir. Más pobres, más endeudados, pero habremos sobrevivido. Y seguimos manteniendo nuestros hoteles.

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