Patrimonio cultural. La gran mayoría de ciudadanos de Benidorm y del resto de la provincia hemos tenido acceso a decenas de fotografías que reflejan la transformación que ha experimentado la ciudad en las últimas seis décadas. El Archivo Municipal ha incorporado ahora, no obstante, una pieza de gran valor: un vídeo casero de las vacaciones de una familia alemana a finales de los 50 y que refleja los primeros años del «boom» turístico.
¿Qué hacían los primeros veraneantes extranjeros que a mediados de los años 50 eligieron un todavía pequeño pueblecito como Benidorm para pasar sus vacaciones? ¿Cuáles fueron las cosas que más les atrajeron de la localidad? ¿Cómo se desenvolvían en aquel municipio que, de la mano de su alcalde Pedro Zaragoza, comenzaba entonces a abrirse al turismo? Estas y otras cuestiones pueden ser ahora respondidas en parte gracias la última incorporación que se ha producido en el Archivo Municipal del Consistorio benidormense. Se trata de una grabación casera de más de una hora de duración, en la que se recogen imágenes a color de los años 1957 y 1958, que fueron filmadas por una familia alemana durante sus vacaciones en Benidorm y que ahora se han recopilado en un DVD.
La cinta ha sido donada al Consistorio por Maximilian Greeven, uno de los protagonistas de las escenas que pueden presenciarse en esta película y que entonces era solo un niño. La cinta, además de enseñar cómo fueron sus primeras vacaciones en la localidad, representa un objeto de gran valor informativo, dado que en ella se pueden apreciar espacios como la bahía de Benidorm desde una embarcación, la isla, el puerto, el Castell, el parque de Elche y la playa de Levante, donde convivían los tradicionales chalés de primera línea con la construcción de los primeros edificios de apartamentos que se levantaron en la ciudad en paralelo a la elaboración del primer Plan General, aprobado en 1956.
Fuentes municipales han explicado que uno de los grandes atractivos de esta película radica en el hecho de que apenas hay material audiovisual que recoja cómo era la vida de Benidorm en aquella época, al contrario de lo que ocurre con la fotografía, de la que sí se conservan cientos de ejemplares, tanto de personas anónimas como a través de los archivos de fotógrafos como Simeón Nogueroles, Quico Pérez Bayona o Patty Stratton, entre otros. Por eso, la concejal de Patrimonio Histórico, Ana Pellicer, ha agradecido que Maximilian Greeven haya querido «compartir con Benidorm un material que para él indudablemente tiene un gran valor en el plano sentimental y que para la ciudad también lo tiene desde el punto de vista histórico, sociológico y turístico». La concejal ha recalcado que con esta donación «Greeven muestra su estima por la ciudad en la que vivió los veranos de su infancia y a la que ha acudido de forma regular durante 50 años, hasta residir en ella largas temporadas y formar parte de su día a día. El suyo es, sin duda, un caso claro de fidelidad turística a Benidorm», ha agregado.
El gobierno local llevará al próximo pleno una moción para la aceptación formal de esta donación, que después podrá consultarse por parte de investigadores y del público en general en el propio Archivo. Ana Pellicer explicó que, además, su departamento trabaja para poder exponer en un futuro cercano este material y otros similares en una exposición y también ha animado a los ciudadanos que dispongan de vídeos, fotografías o documentación, a cederlo o donarlo al Archivo Municipal para «entre todos, incrementar el patrimonio histórico de Benidorm y testimoniar su pasado reciente y no tan reciente».
