Un ascensor de 30 metros con mirador y pasarela. Este es el proyecto que Finestrat tiene sobre la mesa y que tiene como objetivo unir la Plaça de la Unió Europea, donde está el parking municipal, con la parte alta del casco histórico donde se encuentra, por ejemplo, la Ermita del Santísimo Cristo del Remedio, el Auditorio o el Castell.
El municipio ubicado a las faldas del Puig Campana tiene en la parte alta las calles más antiguas que conforman un laberinto de zonas empedradas y con encanto. El problema es que, para acceder a ellas y a algunos de los puntos más turísticos de la ciudad, los vecinos y visitantes se encuentran con un recorrido empinado. Así que el Ayuntamiento ha buscado una solución no solo a esa parte de accesibilidad, sino también a que los turistas puedan caminar más fácilmente hasta la zona de la Ermita.
El alcalde, Juan Francisco Pérez, explicó este viernes que está previsto habilitar ese ascensor desde la plaza donde está el aparcamiento el próximo año. El proyecto se sufragará con una parte de los 3 millones de euros de fondos europeos Next Generation logrados en la convocatoria de los Planes de Sostenibilidad Turística. El elevador tendrá un coste de 300.000 euros. «Queremos poner en valor las calles más estrechas, las históricas como Sant Miquel, Castell o Sant Josep y la parte alta del pueblo», apuntó el primer edil. Por una parte, para «facilitar la accesibilidad a la parte más alta del casco histórico» pero también para «potenciar el atractivo turístico del pueblo». Porque no solo se hará el ascensor, también un mirador y una pasarela para que los visitantes puedan ver las vistas hacia el Puig Campaña, entre otras.
Pero este proyecto no será el único que se hará con esos fondos europeos que dejarán 3 millones de euros. También se creará un anillo verde peatonal o se arreglará y alumbrará la reconocida «Penya». Y fuera de esa ayuda europea, el Ayuntamiento invertirá en obras en otras zonas como la Cala de Finestrat.
Allí, después de Navidad, se remodelará el paseo de la playa con una estética acorde con la reurbanización que ya se hizo en la Avenida Marina Baixa tras el encauzamiento del barranco. Es decir, la parte de primera línea que aún está para rehabilitar se hará con un proyecto que sigue la estela del tramo que ya se remodeló y donde el azul y el blanco son los colores principales.
