Para recordarte que estás vivo, celebra. Celebra que estás aquí y que en ti reside por naturaleza todo lo necesario para ser feliz aunque a veces te resulte complicado comprenderlo.

Celebra porque es la mejor manera de agradecer y disfrutar de este curso intensivo de sabiduría que transcurre entre el nacer y el morir.

Celebrar es hacer patente tu alegría por vivir, tu alegría a pesar de las dificultades y los obstáculos. Piensa cuántos motivos tienes para celebrar y cuan pocos para no hacerlo. Si en tu lista pesan más los motivos para no celebrar es que tienes un problema de perspectiva y deberás cambiar la mirada de lo que te envuelve y la mirada sobre quién verdaderamente eres.

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Nacemos para ser felices, cosa que no siempre está relacionada con estar alegre. Ser feliz es ese estado de paz, de tranquilidad, en el que simplemente por el hecho de ser, sientes la plenitud. ¿Es un pájaro feliz? ¿Es una hormiga feliz? Ellos simplemente son y les basta con vivir en la paz.

Una cosa es celebrar y otra distinta es festejar. Festejar es buscar la alegría, por el contrario celebrar es agradecer la alegría. Celebrar tiene más que ver con una actitud que con un acto.

La Celebración con mayúsculas te pone en contacto con la Fuente porque se trata de una actitud de acción de gracias, de una reverencia ante lo que se te está dando desde que naciste, ante la luz que eres en esencia.

La celebración precisa presencia, comunión con los concelebrantes. Compartir tu alegría tiene un efecto contagioso y hace que te enfoques más en lo regalos que llegan a tu vida que en los baches que inevitablemente surgen al caminar.

Celebrar te ayuda a disolver con sentido del humor las situaciones áridas e incómodas que tiene tu día a día.

No sabes con certeza de dónde vienes ni sabes con certeza a dónde vas, así es que pasar el tiempo que te queda celebrando la propia existencia con los demás puede ser un buen estado de ánimo del que partir.

Celebra que es éste tu momento, no esperes a tener más tiempo, más dinero, a ser más maduro, a cambiar de trabajo, a tener un hijo. No esperes a ser feliz.

Agradece todo lo que eres y todo lo que puedes llegar a ser y ofrece esa celebración a la vida: ‘Gracias por hacerme sentir vivo Vida. Gracias por permitirme seguir este camino de dicha en el que aprovecho los obstáculos como trampolín para saltar más alto’.

Celebra la vida, celebra quien eres y celebra en quién te estás transformando. Manera 22 de conectarte con la Fuente: Celebra.