Sentirte joven es una cuestión de actitud no de edad. Todos conocemos viejos de 25 años y jovencitos de 83.

Si hay algo que te hace rejuvenecer es relacionarte con los jóvenes.

Es ley de vida que los adultos choquemos con la juventud por sus maneras de hacer o pensar, pero cuando pasas tiempo con ellos recuerdas que tú ayer lo eras, que tú también te enfrentaste a un mundo desconocido sin apenas recursos para sortear las dificultades de una etapa apasionadamente convulsa de la vida.

Si aún hoy vas aprendiendo a golpe de prueba error, trata de recordar cuando todo era nuevo, cuando te enamoraste por primera vez, cuando te rebelaste, cuando te frustrarte al iniciar unos estudios que resultaron un tedio infumable, cuando te refugiabas en la pandilla para diluir tus miedos y tus ansiedades vitales, cuando no sabías quién eras y jugabas a tientas a adivinarlo.

Image by Brad Styron

Ayer el equipo de la Akademia Valencia disfrutamos de una jornada de coaching con caballos en VICAF gracias a la generosidad de Isidro y Érika y aluciné con la demostración de expresar emociones y pensamientos de chavales de 20 años. Me resultó muy interesante ver cómo se hacían entender, cómo hablaban desde el corazón, cómo compartían sus inquietudes, sus miedos y sus barreras de una manera que muchos adultos jamás soñarán atisbar.

Me di cuenta de que últimamente me he estado relacionando demasiado con adultos y me vino muy bien reconectar con esa energía de la juventud.

Jóvenes comprometidos

La infancia marca, la juventud asienta valores y, aunque en los medios se nos muestre la cara más banal, terrenal y evasiva de los jóvenes, la esperanzadora realidad es que hay cantidad de ellos que están contribuyendo a crear una sociedad más justa e igualitaria, que son voluntarios, que se comprometen con su entorno, que ayudan a otros jóvenes, a niños sin recursos, a animales sin hogar o simplemente se esfuerzan por hacerse responsables de su propio futuro.

La juventud es el tallo del que saldrán las ramas y los frutos. Te invito a que entables conversación profunda con chavales de 20 años. Descubrirás, si rascas, que no solo les interesan los botellones, los ligues y el wasap, sino que están mucho más preparados emocionalmente que nosotros para en unos años ser la clase dirigente de una sociedad más solidaria, cooperante y que emplee el amor como lenguaje entre los pueblos y sus gentes.

Ayer me sentí muy joven, me emociona descubrir que hay jóvenes con unos valores y unas inquietudes tan enfocadas al camino del crecimiento.

Y nosotros como adultos, que a lo largo de nuestra vida hemos sufrido verdaderos calvarios para llegar a sentirnos bien con nosotros mismos, debemos estar a su lado para apoyarles, para darles ánimos y para decirles al oído que son muy grandes, que podrán superar toda prueba que la vida les ponga en el camino y que, si se trabajan y aprenden a cuidarse, podrán seguir sintiéndose jóvenes hasta el último hálito de su vida.

¿Juventud perdida?

La savia de la juventud se alimenta de nutrientes como la curiosidad, el cuestionamiento y la alegría. Y lo que sentí es que la mayoría no están en esto solo para el autocrecimiento, sino que quieren crecer para arrastrar a su entorno y construir una sociedad rica en valores y en amor hacia los demás.

Ser joven es ser muchas cosas, pero eso de que la juventud está perdida es una idea que debes ir puliendo de tu mente miedosa al cambio. Los responsables de una juventud perdida siempre somos adultos perdidos.

Ayer aprendí con los caballos que no puedes pretender que la manada se adapte a ti, tendrás que hacer tú por adaptarte a la manada. Siempre será más práctico que hagas tú por entender a los jóvenes que pretender que ellos deban entenderte a ti como adulto. Les llevas años, golpes, esguinces emocionales y fracturas de corazón de ventaja, ellos a penas han tropezado, viven la vida a bocanadas, son pura vida, son nuestra Juventud.

Ser joven no tiene nada que ver con los números, tiene que ver con el corazón.

¿A qué esperas para descubrir que todavía eres joven?

Manera 69 de conectarse a la Fuente: Rejuvenece.