Película de 2016, dirigida por Eleanor Coppola, inspirada en una vivencia de la propia realizadora e interpretada por Diane Lane, Alec Baldwin, Arnaud Viard, Cédric Monnet y Linda Gegusch , entre otros actores.

La película trata del viaje desde Cannes a París, emprendido por Anne, esposa de un exitoso productor de cine, acompañada de Jacques, un socio de su marido, un vividor , que parece prestarle la atención que le niega su esposo Michael.

En la película sobresale el personaje de Anne, sumida en la crisis de la madurez, casada con un famoso productor de cine, frustrada en sus inquietudes artísticas, ninguneada en la vida laboral, desatendida por su pareja, un hombre adicto al trabajo, una mujer, cuyo ámbito de acción se reduce prácticamente a la esfera doméstica y al apoyo, en la sombra, de la carrera profesional de su famoso cónyuge . Anne, se refugia en la evasión que le proporcionan el turismo, la gastronomía y un rendido admirador que le brinda el destino, Jacques, un francés encantador, cultivado y sibarita. El viaje por la campiña francesa despierta los sentidos de Anne y le devuelve el interés por la existencia.

"París puede esperar" , moviéndose entre el romance y la comedia, refleja las diferencias culturales entre americanos y franceses, oponiendo al frenético ritmo y a la cultura americana del trabajo el contemplativo y pausado compás francés, basado en el deleite sensual. "París puede esperar" se constituye en “road movie”, que reivindica el culto a los placeres cotidianos, vinculados al entorno sensorial (la visión, siempre fascinante de la naturaleza y del paisaje, la gastronomía, la música, las relaciones interpersonales…) e ilustra como los estallidos de goces efímeros como la buena mesa, el buen vino , la buena conversación y el juego de la seducción, pueden dotar a la vida de pleno sentido.

En "París puede esperar" Diane Lane, como alter ego de Eleanor Coppola, explota sus versátiles registros interpretativos, inundando la pantalla con su presencia, apoyada por Arnaud Viard, que cumple como el play boy crepuscular.

Tan sólo un reproche se le podría hacer a esta película: expone una visión un tanto superficial y fragmentaria del mundo real, convirtiéndose en mero escaparate del modus vivendi de los privilegiados de nuestra sociedad: una élite culta , hedonista y acaudalada, que disfruta de los beneficios del sistema mientras la mayor parte de la población mundial gime bajo el peso de la miseria, el hambre, la guerra y la enfermedad.

Beatriz Recio Inés