La televisión estadounidense tiene un nuevo niño mimado. El éxito de Yellowstone y todas sus series derivadas, así como el despegue de la plataforma Skyshowtime han elevado a su creador, Taylor Sheridan, a la categoría de ser uno de los showrunners más cotizados. En estos momentos, tiene en marcha hasta siete series de televisión diferentes para esa plataforma que lo atesora como uno de sus creativos más prolíficos y rentables. Y eso sin contar con el resto de títulos del universo Yellowstone que ya están en marcha. La variedad de títulos que nos indica que el realizador tiene cuerda para más historias, además de las enmarcadas en la cronología de los Dutton y sus patriarcas en distintos momentos de la historia.

Operaciones Especiales: Lioness es una de las últimas series de su factoría, enmarcada en la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo. Su primera temporada acaba de terminar, aunque el espectáculo debe continuar, porque en el momento de escribir estas líneas Sheridan ya ha estrenado otra nueva en la plataforma, el western Hombres de ley: Bass Reeves. Este año ya hemos tenido tanto Tulsa King con Sylvester Stallone, como Major of Kingtown con Jeremy Renner. Casi nada.

Lioness cuenta con un reparto de lujo encabezado por Zoe Saldana, actriz de megafranquicias de éxito entre las que se encuentran Avatar, Star Trek y su personaje en Los Guardianes de la Galaxia de Marvel; así como las apariciones de Nicole Kidman y Morgan Freeman. Al tratar sobre los tejemanejes de la parte más oscura del poder, no podía faltar uno de los rostros habituales en este tipo de títulos, como es el actor Michael Kelly, a quien todavía se recuerda como el fiel ejecutor del presidente Frank Underwood de House of Cards, pese a la caída en desgracia del actor Kevin Spacey. Pero quien realmente lleva el peso de la trama junto a Saldana es la no tan conocida Laysla de Oliveira, que encarna a una recién llegada a una unidad de élite de los marines que se encarga de entrenar a mujeres para infiltrarlas en unidades terroristas y desmantelarlas. Se trata de un programa que al parecer existe en la realidad y que se trata por primera vez en la ficción.

Saldana es la mentora de la nueva incorporación al equipo. Su personaje tendrá que lidiar entre las secuelas por una misión fallida que vimos al principio de la serie y entre sus propios problemas familiares derivados de su trabajo. (Sí, aquí tenemos a otro personaje de hija adolescente a la que odiar, de los que ya acumulamos unos cuantos en la historia de la televisión). Su nueva pupila tiene la misión de hacerse amiga de la novia de un sospechoso por terrorismo, colocándose en una posición privilegiada para descubrir detalles sobre la organización. 

Sheridan ya había tratado el tema de la guerra sucia desde el poder contra las organizaciones criminales en Sicario, película de Denis Villeneuve y de la que fue guionista. Como en aquella, sus personajes se cuestionarán sus propias convicciones al ver cómo están convirtiéndose en algo tan malo como lo que están combatiendo. Una de las novedades de Lioness es apostar por los personajes femeninos, aunque todo rezuma la misma testosterona y músculo que en cualquiera de los títulos de Sheridan. Una violencia más cercana al lenguaje de Sam Peckinpah y que por obra y gracia de las plataformas digitales puede ser más explícita que en una televisión convencional. La serie se mueve entre las intrigas de Homeland y aquellos trepidantes filmes de Katryn Bigellow ambientados en la guerra en Oriente Medio, como En la línea de fuego y La noche más oscura.

Además de las letales incursiones del equipo de élite, silencioso y preciso a la hora de ejecutar sus misiones de limpieza, vemos cómo en los despachos de Washington se manejan los hilos y hay oscuros conflictos de intereses. Eliminar a determinados objetivos puede que no convenga en ciertos momentos, porque estamos hablando precisamente de objetivos que también abastecen de petróleo al mercado estadounidense. Así que las misiones de esas unidades de élite son información privilegiada que pueden hacer ganar millones a inversores ágiles.

El personaje de Zoe Saldana comprueba cómo se está convirtiendo en aquel coronel interpretado por Jack Nicholson en Algunos hombres buenos, que reconocía que esos momentos que pasaba abrazado a la oscuridad eran una especie de sacrificio para poder proporcionar libertad a una sociedad occidental que vive feliz sin ser consciente de los peligros que día a día se acechan por parte de oscuras organizaciones que planean cómo masacrarlos. Al menos, ella ha fracasado en lo que concierne a las personas que quiere y de ahí la crisis personal que atraviesa. En estos episodios hemos visto cómo cada vez a su personaje le resulta más difícil volver a casa entre misión y misión y aparentar una vida normal, sin poder contar nada de su trabajo. La primera temporada ha cerrado la historia que nos contaban, pero nos deja los suficientes cabos sueltos para retomar en otra entrega en la que no sabemos si los protagonistas tendrán que embarcarse en una nueva misión diferente.