Como se suele decir, “nunca segundas partes fueron buenas”. Hay que ver, el revuelo mediático que se ha formado, con la aparición televisiva, del ex presidente del gobierno José María Aznar. Sobre todo, cuando insinuó, que si no le gusta el panorama político actual, como así parece, podría volver a la política, como un caudillo, a salvar a los españoles, de esta aberrante situación económica y de desanimo moral, por la que estamos atravesando en el momento actual. De ahí, todos los miedos. Sobre todo, de su propio partido político el PP, que tiembla pensando, en su vuelta. Lo que dejó bien claro, a todos los ciudadanos de este reino, es, su sintonía con el actual presidente del gobierno, Mariano Rajoy, que es nula o casi inexistente.

La verdad, es que nuestro gobierno está preso y dependiente de las normas de Bruselas, no tienen margen de maniobra, para reparar lo irreparable. Todo lo contrario, las perspectivas de futuro a corto y medio plazo para nuestro país, son nefastas, con más recortes, ajustes y variaciones a la baja.

La pobreza, se está instalando con una rapidez extraordinaria, entre la clase media, casi ya desaparecida. Cada día más parados y más miseria social, menos mal que este pasado mes de mayo, ha sido óptimo para el empleo, según los datos del gobierno. De todos modos, no se invierte en nada, todo lo contrario, se retrae cualquier tipo de inversión. Sobre todo, para generar riqueza y puestos de trabajo. No tienen de donde recortar. Porque lo que está claro que si les afecta a sus bolsillos ahí no va haber ajuste, recordemos el aumento de sueldo, veinte por ciento que pretendían aumentarse los políticos en el parlamento andaluz y eso que son del SOE.

Los políticos de Bruselas, son unos usureros que lo único que pretenden y les interesa, es cobrar lo antes posible sus préstamos con intereses incluidos.

Y esa, es nuestra cruda realidad. Tenemos un gobierno débil y una oposición inexistente, que no hace nada por defender los intereses de España. Un gobierno que esta maniatado, por sus colegas de los países de la Unión Europea, sobre todo, por lo más ricos (Alemania y países nórdicos) y que les importamos un comino. Ya que según ellos, somos unos vagos y vividores, todos los países del sur.

Está claro, que de la situación actual, no nos puede salvar ningún caudillo o ex presidente de gobierno anterior. Su época fue otra, su tiempo pasó. El balance de su trayectoria en el poder, la historia se encargara de contarlo, con sus aciertos y errores, con sus triunfos y fracasos, pero en un escenario radicalmente diferente al actual y que no, va a volver, nunca, jamás.