Pierre Ambroise Choderlos, oficial del ejército francés, incapaz de satisfacer sus ambiciones militares, comenzó a escribir hasta publicar en 1782 'Las amistades peligrosas', un análisis psicológico minucioso sobre la seducción, el amor y sus consecuencias a través de unos personajes de alma oscura y retorcida.

Cada vez que leo en las redes sociales 'estado sentimental: complicado', no puedo evitar recordar esta novela, obra maestra en su género, y dirigirme a la foto del perfil buscando algún rastro que delate que esa persona se encuentra atrapada en una relación complicada.

Un amigo psiquiatra se burlaba de mi hace unos días porque hablando de un tercero dictaminé que estaba sufriendo. “¿Sufriendo?, ¿por qué piensas que está sufriendo?”, me preguntó. Lo veo en sus ojos, contesté sin más. Su carcajada aún resuena en aquel restaurante. Los hombres no me creen cuando les digo que las mujeres sabemos cómo funciona la naturaleza, que estamos diseñadas para interpretar la mirada, los gestos corporales, el llanto. Sólo de esta manera ha sobrevivido la especie, pues un bebé hasta que no sabe expresarse depende de nuestra capacidad para descifrar sus señales y así correr en su auxilio.

Estado sentimental: complicado. Quien escribe esto se encuentra atravesando un mal trago: o en una relación tóxica, o son tres en lugar de dos, o el otro no quiere compromiso. Vivimos una era sentimental llena de señales confusas. Las relaciones de pareja están sujetas al azar y, no sólo no presentan garantía alguna de perdurabilidad sino que ofrecen un elevado componente de riesgo. Pedir amor eterno al hombre o mujer de tu vida se ha convertido en una tensión. Lo que antes era una hermosa promesa a la luz de la luna “¿me amarás siempre?”, hoy se percibe como una losa, una pesada carga imposible de soportar.

Algo estamos haciendo mal, porque todos buscamos a quien amar para mitigar la soledad, pero 'la terapia sólo ha servido para agudizar los síntomas'. La misma sensación de soledad que teníamos cuando estábamos solos la tenemos estando en pareja. O más. Las relaciones ya no son una bendición sino un peligro. La malévola apuesta entre la marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont en 'Relaciones peligrosas' representa la ambigüedad, la manipulación, el desprecio por los sentimientos ajenos. Una obra del XVIII que está más presente en nuestra forma de amar de lo que parece. El amor como un juego de riesgos impredecibles y, el más común: que te rompan el corazón en mil pedazos. Casi nada.

Cada uno de nosotros deberíamos tener un discurso propio sobre el amor. Un discurso cosido al alma, pues qué es la experiencia del amor verdadero sino en gran medida el proceso de construcción de un idioma, que va creciendo y enriqueciéndose y haciéndose más infranqueable para el mundo a medida que crece en experiencias, y, o se establecen unas bases transparentes de lo que uno desea cuando se emprende una relación, o se filtrará la inseguridad en el vínculo afectivo, se filtrarán los celos, el control, la infidelidad. En definitiva, los pozos de la locura.

En 1800 Pierre Ambroise Choderlos fue ascendido por Napoleón al rango de general de Brigada. Otro que también sabía lo que era el amor. Porque el amor es otra cosa, y no un 'estado sentimental: complicado'. No se engañen. El amor funda un territorio aislado de confort y niega las leyes del tiempo si es necesario. Si no es eso lo que estás viviendo, da media vuelta. Quizá el amor verdadero te esté esperado ahí fuera.

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