Dice el médico que si sigo con las bobadas acabaré al poco siendo un bobo muerto. Mire doctor que ya casi estoy listo, pero lo de bobo es relativo, puedo serlo si camino por el filo de un cuchillo aunque considero que lo hago por el mango, puedo serlo si doy cobijo a la paranoia, pero deambulo por la extroversión, puedo serlo si.... Déjese de cuentos literarios, sabe perfectamente de lo que hablo: cuídese, tómese esto y esto y esto y esto y dentro de seis meses, si no la ha palmado, lo veo en consulta con la analítica a las nueve en punto. Pero, doc... ¿y si llueve?. Se moja... ¿Y si hay un ataque nuclear?, Se parapeta. Y si... Adiós, buenos días, hágame caso. En la calle busco la sensación importante de sentirme poco importante, una mierda misma en mí mismo. Decido en un ataque de lucidez apretar el puño de la moto y saltarme todos los semáforos en rojo, con cuidado de no pillarlos en verde. Es buena la terapia, pues aparte de algún bocinazo, ningún guardia bobo aparece en la recta de aceleración. Eso me hace meditar.... Los guardias urbanos bobos podrían estar muertos, zombis de extraradio, con la libreta de multas preparada........ Bobadas.