Al parecer, la ciencia ha hallado pruebas convincentes acerca de la mejorabilidad de la velocidad de la luz. No hay nada tan poco convincente, créanme, como la ciencia tratando de resultar convincente. Por eso, ha yá mucho, me enamoré de las letras, antagonistas imbéciles del cálculo. En el mundo de las letras no hace falta ser convincente, mucho menos demostrarlo, es más, diríase que justo lo contrario: a mayor capacidad de mentir, mayor velocidad de crear: pura contradicción. Se lo digo a un amigo cuentista: creo que los neutrinos no son partículas taquiónicas. Èl me mira con la cara que suele poner a sus personajes zoomorfos, pero no se inmuta. Para sorpresa de los demás, advierte: si estos científicos cabrones descubren que podemos ir al pasado antes de llegar a los ojos del observador, la jodimos. Luego hace una exposición sobre masa y velocidades al cuadrado. No entiendo nada, tampoco sé como mi colega cuentista sabe tanto de taquiones, protones, moléculas, neutrinos, fotones y desconciertos. Ni idea, dice, no tengo ni idea, me lo acabo de inventar, pero..¿a que resulta igual de convincente?.