Unas fotos tomadas por la NASA y publicadas en la revista Science descubren que el satélite se ha ido contrayendo en los últimos mil millones de años. O sea, la luna ha ido adelgazando poco a poco, que es como se adelgaza de verdad. De hecho ha perdido hasta cien metros de diámetro, ignoro, porque soy de letras, si también de perímetro. En los tiempos que corren perder cien metros perimetrales o diametrales, debe de equivaler a tres tallas, quizás cuatro, aunque sospecho que Selene, luna lunera cascabelera, a fuer de ir contrayéndose acabará estriñiéndose, para desconsuelo de las mareas, altamente influenciables. La luna me parece un disco fijo de quita y pon que alterna con el sol y que, en tardes de rojo viento, adquiere el aspecto necesario para que uno se convierta en lobo, viejo sueño licántropo de varias generaciones. Las cosas de la Nasa acaban siendo ultradimensionales. Hablar de mil millones de años en lenguaje coloquial es hablar de nada, de hecho en los próximos mil millones de años acabaremos ustedes y yo altamente contraídos, creo que ni mota espacial seremos. Pero la Nasa, que de esto sabe mucho, está pendiente de todo. Del agua en Marte, de los ovnis en la vía láctea, del adelgazamineto selenita. He corrido a enseñar la foto. Mirad mirad, es la luna. ¿Y?. Nadie advierte el más leve adelgazamiento. Creo que es falta de miras.