El futbolista de moda acudió a un acto público en un colegio infantil. El club y los patrocinadores lanzaban una marca para púberes. Los niños poblaron el aula, desde dònde rodeado de micrófonos, Petrus, delantero centro de moda, intentaba mantener la compostura.

Llega el tiempo de autógrafos, en fila los infantes se arriman al ídolo. Pronto rompen el orden y los niños suben en las rodillas del delantero, todos tocan y adoran al crac. Es más, hay otro momento en que desaparece de la vista de los demás. Al menos veinte chiquillos lo abrazan y tapan. De repente, más inocentes saltan sobre los que ya lo abrigan. Es obvio que han caído al suelo con silla y todo. Cuando los organizadores logran reducir la marea de criaturas, Petrus, delantero centro de moda, yacìa en el suelo con politraumatismos. A pesar de las asistencias inmediatas, nunca se recuperó. Ahora anuncia sillas de ruedas.