Aberración de un relato en "Historia universal de la infamia":

Levanta las manos, estúpido, sé que eres Lázaro Morell, ese negrero del que contaba Borges. Se arrodilló delante tuya pidiéndote que lo dejaras rezar, pero no quisiste cabrón. Primero desnudó obligado. Al caer de rodillas, le descerrajaste con el pistolón un tiro en la nuca, sin compasión. Luego abriste de un tajo el vientre, arrancando sus vísceras y hundiéndolo en el riachuelo, aquella ciénaga infecta de larvas y cadáveres podridos. Levanta las manos, estúpido: decías por letras de Borges que en los bolsillos de su ropa habían sólo cuatrocientos dólares. Pero me jodiste con las botas, Morell, cabrón negrero, me jodiste con las botas. Eran nuevas, flamantes, y me quedaban bien, por eso aguantó tanto el paso, no eran las suyas, eran mi encargo. Y tú riendo Morell, riendo cuando hundías al destripado. Levanta las manos, estúpido. Estás bien muerto, has de saberlo. Pero antes descálzate.