Zigzaguear es un verbo que define circunstancia del movimiento. Zigzaguean los autos que evaden obstáculos, los borrachos que intentan llegar a la farola próxima o las culebras en verano, arrastrándose por los suelos de fuego y arena caliza. Los zombis, muertos revividos, también usan esa circunstancia de locomoción. Lo hacen para atemorizar a sus víctimas, familiares deudores, normalmente. Zigzaguean también los monarcas cuando ponen su cabeza a salvo, los curas que rondan a los niños con manos redentoras babosas y los empresarios, ejemplos claros del zig zag atroz, zig zag en forma de buro- fax que te manda al desempleo sin más. He visto, en mi dilatada experiencia, balas zigzag, besos sierra esquivos, cuchillos de movimiento automático e hijos de puta desoladores que andan como todos los demás, haciendo eses eléctricas, casi automáticas. Hoy escribo zigzagueante, me duelen espalda y pecho y la tarde corroe los dedos.