Es magnífico saber que existe otro planeta con agua que perfectamente puede ser habitado. Kepler 22b se llama el susodicho y a todas todas, obtiene papeletas para la gran migración. En cuanto se resuelva el asunto del viaje vayan ustedes preparando las maletas. Lo primero será la logística, albañiles, ingenieros y material de obra por doquier. Lo segundo un ejército que proteja a éstos de enemigos irreales o reales, (los enemigos siempre tienen dos facultades). Después, como nó, habrá que llenar la cosa de iglesias, sinagogas y mezquitas. Para este menester , lo ideal: ejércitos y policías. Una vez efectuadas las obras pertinentes atiborraremos de coches, aviones, trenes, barcos, helicópteros y submarinos aquellas inhóspitas zonas. Con el agua de su hábitat se construirán presas energéticas. Como faltará material, poblaremos de centrales nucleares el territorio. Keppler 22b pasará a convertirse en un gran planeta habitado por gobiernos, militares, sacerdotes y especuladores arribistas. Contaminaremos ríos, mares, tierras y construiremos cárceles por doquier. Acabaremos, si la hubiera, con su fauna y flora, con su ecosistema, con sus primitivos habitantes. Todo esto que cuento sucederá en breve, en cuanto consigamos superar los 600 años luz que nos separan, que eso no es nada y a tí te encontré en la calle... una calle de la Nasa.