El éxtasis católico tenìa y tiene gran relevancia. Santa Teresa, S. Agustín, los místicos, la imagenería sacra, etc.., demuestran como el concepto religioso de comunión implica salir de sì, (éxtasis), para entrar en contacto con dios.

Ejemplo modélico en la pintura barroca lo ofrece "El entierro del conde Orgaz", 1586, de El Greco, cuadro donde el conde está a la vez representado en la tierra y el cielo, "salido de sì".

El éxtasis tiene y guarda una gran relación con lo pornográfico: la apariencia y la vivencia. El personaje transfigura su fisonomía hasta el punto que resulta difícil distinguir el místico del erótico. Al contemplar los "desmayos" de Santa Teresa representados por Bernini y los rostros en clímax de algunas modelos en revistas pornográficas, observamos la evidencia: son iguales.

Iguales que los cristos en trances de tortura, calvario y muerte, (sadomaso), la imagen pornográfica adquiere similitud porque el punto de partida es el mismo: la abstracción de los modelos en el ensueño onírico.

Visto así, (no entiendo otra manera de verlo), traducimos rápidos: el culto iconográfico gana atracción entre los creyentes debido a su carácter secreto pornogràfico. Sexualidad constreñida, reprimida, mal de males, refugio de peversiones y fracasos. Porno sacro.