Estuve paseando por la playa, enseñando palmeras de plástico que esconden repetidores de telefonía, barcos de mentira, fachadas de escándalo. El sol naranja y la temperatura convertían la arena en oro mojado. Carruseles, chispas en la acera, olor a castañas. En la dársena las velas tintinean sobre una mesa de aluminio.....un pellizco de jazz sonando con debilidad, cervezas, naves ancladas y el... agua de la mar quieta, estática, arremolinada sobre sí misma.

Hay pequeñas cosas que suelen componer un gran todo. Huele la rambla a gofre con chocolate y lo demás, la gente que corre y viene y va llenando tiendas abalanzándose sobre los papa noeles, apurando el dinero que está y parece que no, o mejor, que no está y parece que sí, es solo atrezzo, personajes de una historia que no tienen que ver con la nuestra.

No quise extenderme en la explicación acerca de duplicidades: el adefesio que anuncia el casino, las tarimas flotantes, los bolsos de marca que copian a las mismas marcas, las mismas marcas que se recopian, cada uno de nosotros, replicantes eternos, esto y aquello, la propiedad, lo que nos alivia, el consumo, la necesidad del consumo.....

Hablamos de muchas cosas. Ojos, sabores determinados, pasado, el refilón del futuro negro.

Apoyo el vaso con café sobre una revista doblada. Mis dedos están agarrotados. Me gusta recordar el cazo con agua caliente, el perfume neutro y todos los detalles de una composición llena de salivas y gestos felinos. Llegar al límite ha supuesto otro paso en este camino descarnado y voraz: somos caníbales hambrientos que no miran a los lados, solo engullimos a nuestra presa, cada uno a cada cual, sin contemplaciones. Luego, tumbados, nos relamemos... banquete opíparo.....

Suena la radio encima del microondas. La cantinela diaria, el parte hablado, "las medidas tomadas por este gobierno suponen... bla, bla, bla". Es obvio que nadie menea una pestaña.

Son las siete y media de un lunes destartalado que anuncia mala hostia, peores acontecimientos y bruma interior. En la calle, sin más, comienza a teñirse el color negro de cian.