Comenzamos un nuevo año. Así que vayan desde aquí mis buenos deseos para todas las personas que leen este blog.

Cada uno de enero, comenzamos con la ilusión y la esperanza de poder comenzar de nuevo, de borrar lo malo y empezar de cero. En mi caso, es la misma sensación (en otra escala) que cuando empiezo un nuevo cuaderno. Yo soy mucho de papelería y me encanta empezar libretas. Es como si tuviera una nueva oportunidad para hacer las cosas bien. Luego, conforme la uso, ya la voy emborronando con tachones, arrancando unas hojas, pegando otras, cambiando de boli porque he perdido el anterior… En fin, que la voy estropeando… Y esa sensación de “libreta nueva” se va apagando. Hasta que llega otra libreta. O un año nuevo.

Pues bien, hoy os propongo algunos consejos para que la sensación de libreta nueva no se disipe fácilmente este año.

El primer consejo tiene que ver con la naturalidad. La simulación es una de las cosas que más penaliza en comportamiento no verbal. La gente que simula ser lo que no es, es decir, que no es auténtica, o que simula sentir lo que realmente no siente, es decir, que no es sincera, es la que peor cae a los demás. Y nadie tiene que ser experto en nada para percibir la falsedad en el otro. Así que muéstrate tal como eres.

Otro consejo que os doy. Buscad los momentos de diversión. La diversión es una emoción muy potente que nos ayuda a sentirnos felices. Cuando nos divertimos, el tiempo pasa volando. El buen humor nos debe acompañar siempre, no sólo cuando estamos con los amigos. En el trabajo también. Muchas veces no podemos elegir qué trabajo hacemos, pero siempre tenemos la capacidad de elegir cómo lo hacemos. Y eso debería incluir siempre emociones tan positivas como la diversión o el buen humor, la alegría, en definitiva. Casi cualquier momento es bueno para sacar tu buen humor a relucir.

Por último, cambia la forma de hacer las cosas. Aunque hacer las tareas de manera rutinaria mejora nuestra eficiencia, a veces, también es bueno cambiar un poco el orden de las cosas. Sé original, tu cerebro te lo agradecerá. Por ejemplo, no vayas siempre por la misma ruta de tu casa al trabajo. O no hagas tu rutina diaria de las mañanas en el mismo orden. Tu cerebro hará nuevas conexiones neuronales.

Y recuerda: en este nuevo año, tenemos una libreta de 365 hojas por rellenar. Aunque alguna hoja se emborrone o se rompa, al día siguiente, puedes estar seguro que siempre siempre, tendrás una nueva hoja en blanco para volver a empezar.