Ayer tuve el privilegio de presenciar un concierto-cabaret excepcional en la sala Arte de Barcelona.

Minutos antes de que se hiciera oscuro y en medio de una sala en la que no quedaba una sola butaca libre, pude percatarme de que entre el público se hallaban celebridades tales como la bailarina y coreógrafa Sol Picó y la directora de cine Isabel Coixet.

Sobre las tablas, dos monstruos escénicos; el catalán, Alfonso Vilallonga, compositor, cantante, pianista, showman barcelonés (ganador de un gaudí y un goya por el film Blancanieves) y la ceutí, la Shica, también compositora, cantante, bailarina y actriz (artista y autor revelación en el 2011).

Una sóbria puesta en escena formada por instrumentos musicales varios (guitarra, acordeón y ukelele) entre los que destacaba un piano. Ambos artistas entrelazados, sentados sobre la banqueta del piano, arrancaban el show escenificando haber pasado una noche de amor y borrachera. El conflicto teatral que serviría de hilo conductor del concierto consistía en que, tras ésa noche de rock and roll, Alfonso se había enamorado locamente de Shica. Sin embargo Shica ni siquiera recordaba el nombre del aquel impulsivo hombre que la pretendía, a quien se refería como "Alonso". Con una resaca de remate, no recordaba detalle alguno de lo ocurrido, y le pedía un gelocatil.

Durante el concierto, Alfonso trata de conquistar el corazón de la joven cantándole canciones de diversos géneros. Arranca el recital con un romántico "Somos novios" (de Armando Manzanero), a lo que Shica responde a ritmo de ranchera con "Rata de dos patas" de Paquita la del Barrio. Con asombro y escepticismo señala: "como vamos a ser novios si aun no hemos ni empezado. Tendré que dar también mi opinión, digo yo".

La bellísima versión española del clásico "Ne me quite pas", maravillosamente interpretado por ambos, o el "Granada" de Agustín Lara para el cual Alonso, digo Alfonso, no dudó en disfrazarse de alemán de Taberna, son algunos de los temas que formaron parte del ecléctico repertorio.

A través de sus textos, Shica confiesa no ser la mujer perfecta regalando a la audiencia temas de corte más canalla como "El tango de la cocaína". El clásico "Volver, volver" de Jose Alfredo Jiménez, consagró una noche en la que las voces de los polivalentes artistas empastaron a la perfección.

Shica termina enamorándose del extravagante Alonso y ambos cierran el concierto a ritmo de rumba versionando el "Hey", de Julio Iglesias. Un entregado público que, sin duda alguna, había disfrutado de una velada picante, a la vez que emotiva, arropó con su voz el improvisado final.

Alfonso Vilallonga ha defendido de forma pública que no comulga con el independentismo catalán y que no por ello deja de sentir la catalanidad como parte de su ADN. El artista bromeó sobre este asunto durante el show. "Esta gente, –refiriéndose a los integrantes de "Junts pel sí"– quieren que los que no pensamos como ellos nos vayamos de Barcelona pero ¿cómo voy a salir de la ciudad si van y me cortan la meridiana?"

Impactante y excepcional dúo, conciliador teniendo en cuenta el orígen de ambos intérpretes y los convulsos tiempos que vivimos. Una vez más el arte crea puentes donde otros tratan de levantar fronteras.