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Javier Corazón
Ver galería >Algunos son producto del desatino del tatuador; otros, de quien reclama el tatuaje. Y después están aquellos que forman parte de la mala elección y pulso de ambos: un error para toda la vida que, al menos, hace reír a muchos internautas.
Algunos son producto del desatino del tatuador; otros, de quien reclama el tatuaje. Y después están aquellos que forman parte de la mala elección y pulso de ambos: un error para toda la vida que, al menos, hace reír a muchos internautas.
Algunos son producto del desatino del tatuador; otros, de quien reclama el tatuaje. Y después están aquellos que forman parte de la mala elección y pulso de ambos: un error para toda la vida que, al menos, hace reír a muchos internautas.
Algunos son producto del desatino del tatuador; otros, de quien reclama el tatuaje. Y después están aquellos que forman parte de la mala elección y pulso de ambos: un error para toda la vida que, al menos, hace reír a muchos internautas.
Algunos son producto del desatino del tatuador; otros, de quien reclama el tatuaje. Y después están aquellos que forman parte de la mala elección y pulso de ambos: un error para toda la vida que, al menos, hace reír a muchos internautas.
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