Este sábado 25 de mayo, Salva López estará en el evento que organiza Gestionando Hijos en Alicante y que tendrá lugar en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA), donde ya está todo agotado. Como músico, hablará de cómo se puede educar con música. Hemos charlado con él para que nos adelante brevemente algunos aspectos de su ponencia.

- Salva, ¿cómo utilizas tu formación, la música, para educar a tus hijos?

Lo primero que quiero dejar claro es que no hace falta ser músico ni tocar un instrumento musical para beneficiarse de las buenas ideas que hay en el mundo de la música.

Yo uso la música a dos niveles: una, a nivel funcional, por ejemplo, para crear ambientes agradables en casa. Todos venimos estresados de fuera: los niños del cole, los mayores del trabajo… Entonces cuando vamos a cenar, no hay tele, pongo música relajante para crear un ambiente mentalmente adecuado. Una cena con música de fondo tranquilita mientras cenamos favorece la conversación. La cena es un momento superimportante para la familia.

Otra de las maneras en las que uso la música es para conectar emocionalmente con mis hijos. Mis hijos tienen 12 y 14 años y ya tienen sus gustos musicales. Se trata de encontrar un territorio común entre lo que les gusta a ellos (el reguetón) y lo que me gusta a mí.

Entonces, por ejemplo, en común tenemos todos a Ariana Grande. Pero de todas formas, yo voy a intentar enseñarles cosas que a mí me gustan, que considero buenas, y voy a interesarme por la música que ellos escuchan para ver qué es. Por ejemplo, he descubierto hace poco la música trap y no está nada mal. Utilicemos la música para crear vínculos emocionales.

- ¿La música te enseña a escuchar?

Sí, por supuesto. Yo soy músico y llevo toda la vida desarrollando el oído y aprendiendo a escuchar, y no es fácil aprender a escuchar. El ser humano habla pero escucha poco. Las conversaciones de adultos se parecen a batallas de boxeo, estás esperando a que el otro se calle para soltar tu rollo. Eso está muy bien, pero mientras él hablaba, ¿tú escuchabas?

Es muy importante escuchar activamente. La escucha activa es tratar de comprender al otro, y antes de responder, reflexionar lo que ha dicho. Es un ejercicio de empatía.

Un buen músico lo primero que tiene que hacer es aprender a escuchar, y más si quiere estar en una banda. Porque ahí, mucho más importante que tocar bien, es que sepa escuchar a los demás, para saber qué huecos hay, dónde se puede meter, y no se ponga a tocar por encima de los demás.

- Imagino que de todo esto hablarás en tu conferencia el próximo 25 de mayo en Alicante. ¿Nos puedes adelantar algo más?

Sí, otro tema importante del que voy a hablar es de enseñar a aprender. Yo más que de niños hablo de seres humanos pequeños, porque es que hablamos de los niños como si fueran otra especie.

Nos pasamos la vida aprendiendo pero nadie nos enseña a aprender, nadie nos enseña cómo funciona nuestro cerebro y cómo es mejor usarlo para colaborar con él, en lugar de trabajar contra él, por ejemplo, cuando nos obligan a memorizar cosas en el actual sistema educativo. No les enseñamos a aprender.

Y los músicos sabemos mucho de esto porque para aprender tienes que saber cómo funciona tu cerebro. Imagínate que una semana vas a dedicar 60 minutos a tocar el piano. Es mucho mejor dedicar 10 minutos al día durante 6 días, que no ponerte un día una hora entera de piano. Es el mismo tiempo, pero de una manera vas en contra de tu cerebro, y en otra, estás colaborando con él (en la sesión de 10 minutos durante 6 días). Si haces una hora, llega un momento en que tu sistema no lo está asimilando, y como luego vas a estar una semana sin tocar, cuando vuelvas se te habrá olvidado todo. Esto yo se lo intento enseñar a mis hijos, que si tienen un examen, vaya estudiando un poquito cada día, y el día de antes verán que casi sin esfuerzo, ya tendrán todo en su cerebro.

- ¿Qué recomendación haces a los padres?

Desde la humildad, que yo soy un padre más. Cada ser humano es único, y más que tratar que todos los niños aprendan una serie de cosas, deberíamos reconocer qué valores tienen, qué se les da bien, para qué ha venido a este mundo cada uno de ellos.

Por ejemplo, hay niños que dibujan super bien, que tienen unas habilidades innatas increíbles, pues trabajemos alrededor de eso. Para mí es la diferencia entre ser un músico de música clásica y un músico de rock. Si tú tocas el violín en una Sinfónica, se trata de que toques exactamente igual que los otros violinistas que hay en la Sinfónica. Si tocas diferente, mal, no suena bien.

En cambio, en el rock, si tú eres guitarrista, la gente espera que tengas tu propio sonido, que seas único, reconocible, como por ejemplo, Jimmy Hendrix, Carlos Santana o Paco de Lucía. Aunque no le estés viendo, sabes que está tocando él.

Se trata de sacarle a cada uno lo mejor que tiene y que solo lo tenga él. Creo que en la educación nos obsesionamos en que “mi hijo sepa inglés porque todos saben inglés”. Eso está muy bien, pero tu hijo, ¿qué otras habilidades tiene? A lo mejor tu hijo es superempático, y eso es lo que le hace único y singular. Hay niños que son muy observadores, a lo mejor por ahí podrían ser científicos. Hay que observar qué se le da bien a cada uno y tratar de potenciarlo, en lugar de obsesionarte en que tu hijo sea igual de bueno que todos los demás y en las mismas cosas: que hable bien inglés, que saque buenas notas en Mates, etc.