• Desde la Conselleria advierten que el desarrollo del primer cuatrimestre del próximo curso deberá ser bajo un modelo híbrido… ¿Cómo se van a organizar?

El gran reto es hacer posible el mejor aprendizaje con las restricciones que las condiciones sanitarias impongan. Conselleria considera que, en esa nueva normalidad está por venir, las condiciones sanitarias aconsejan reducir notablemente la presencialidad en la teoría y mantener el máximo posible en las prácticas, algo que a grandes rasgos comparto, aunque con excepciones.

  • ¿Habrá más de enseñanza presencial, o más de online? ¿Se plantean que esto pueda alargarse durante todo el curso?

El grado de presencialidad se va a ver reducido, en parte, como resultado de los aforos máximos que las instalaciones tengan. Esto se hará de acuerdo con las instrucciones concretas al respecto que la Conselleria de Universidades ha pedido con cierto carácter de urgencia a la Conselleria de Sanidad.

Parece que dichas restricciones se van a aplicar, de momento, únicamente al Semestre A del curso 2020-2021, lo cual parece lógico dado el horizonte temporal y las posibles vicisitudes que la pandemia puede traer a lo largo del otoño e invierno que viene y que están por ver como afrontar.

  • ¿Qué medidas están estudiando para que los alumnos vuelvan a las aulas con la máxima seguridad?

Todas las medidas van encaminadas un entorno seguro para una buena docencia y aprendizaje. La vuelta a las aulas debe mantener esta dualidad y esto se consigue adecuando los espacios y creando las medidas de protección personal necesarias, así como dando formación e información a los estudiantes para que actúen correctamente y se autoprotejan sin descuidar el cuidado del resto del colectivo universitario.

Para ello estamos señalizando todas nuestras instalaciones, instalando medidas de protección e higiene, creando corredores seguros para el movimiento de los estudiantes, adecuando los espacios para asegurar el distanciamiento físico necesario y creando procedimientos para evitar aglomeraciones.

Otros aspectos, como la creación de espacios de descanso o trabajo destinados a los estudiantes que tengan que esperar entre clases presenciales, son aspectos que deben ser abordados, aunque esa parte depende mucho del grado de presencialidad que las autoridades sanitarias acaben dictando.

  • ¿Cómo debería organizarse un alumno que quiere estudiar en el Campus de Alcoy de la UPV? ¿Alquilar un piso para todo el curso, alojarse sólo cuando haya prácticas o clases presenciales…?

Va a depender del grado de presencialidad que se acabe implantando en las universidades valencianas. Ahora es muy complicado ahora poder aconsejar en un sentido u otro, probablemente me equivocaría.

No obstante, sabemos seguro que va a haber presencialidad reducida en el Campus de Alcoy y, por tanto, los estudiantes usaran las instalaciones a lo largo del semestre, por lo que deben planificar estar cerca de nuestro Campus para poder atender a dichas clases.

Hay que pensar que la presencialidad adquirirá un valor especial este próximo curso por concentrar todo el contacto profesor - estudiante y estudiante - estudiante en menos ocasiones que las habituales, por lo que aprovecharlo al máximo es muy importante. Espero que, en los próximos días, con instrucciones más precisas, pueda dar un consejo más concreto a un estudiante que me formulara dichas preguntas. Me preocupa especialmente poder hacer esto cuanto antes, pero con garantías.

  • ¿Los precios de las matrículas serán los mismos en esta situación excepcional?

Los precios de las matriculas los marca el gobierno valenciano, no las universidades. Hay que considerar que la matrícula que paga el estudiante es una fracción menor del coste real de la misma, en torno al 20%. La diferencia hasta el 100% es asumida por el estado a través de sus presupuestos, es decir, el 80% del coste real es pagado por todos los ciudadanos.

No cabe duda de que, en estas circunstancias, esa parte que paga el estudiante podría ser gratuita para todos ellos, medida que el gobierno valenciano actual contempla en su programa electoral, aunque ello se aplique de forma lineal, con independencia de la situación económica del estudiante y su entorno familiar.

Otra reflexión que debemos hacer tiene que ver con la pobre financiación de la universidad española comparada con respecto a los países de referencia. Ya no es sólo cuestión de cuanto cuesta la matrícula sino también de cuanto se invierte en formación universitaria en España.

Poder responder adecuadamente a los retos que se plantean con unos presupuestos tan ajustados y con la crisis económica sin precedentes que se nos viene encima debería hacernos reflexionar, no sólo sobre los costes de la matrícula, sino también sobre cuantos recursos hacen falta para que el sistema público universitario tenga la relevancia y el liderazgo que este país necesita.

  • ¿Con qué tipo de becas podrán contar los alumnos?

Desconozco si a las modalidades actuales de becas van a sufrir cambios de cara al curso que viene, aunque parece que hay voluntad de incrementar dichas dotaciones. Entiendo que podrían crearse nuevas ayudas que tengan en cuenta a aquellos estudiantes más desfavorecidos económicamente por la crisis del covid-19 y que están en riesgo de quedar excluidos del sistema universitario.

Además, creo que las becas deberían ayudar de manera muy específica a reducir la brecha digital de determinados colectivos de estudiantes que no están en condiciones de seguir correctamente la formación online.

Las estadísticas con las que contamos en el Campus de Alcoy indican que esta brecha digital afecta directamente a un 3,5% de nuestros estudiantes, aunque creemos que de manera indirecta deben ser muchos más los afectados de una u otra manera. Estas estimaciones están en sintonía con otros estudios publicados en España. Resolver el problema de la brecha digital debería ser una de las prioridades del sistema universitario español para el curso 2020-2021.

Durante estos meses de pandemia, la UPV Para el curso 2020-2021 deberíamos de ser capaces de seguir dando este servicio de manera coordinada con la Conselleria y el Ministerio. Es un reto de grandes proporciones cuya solución no puede recaer únicamente en las acciones que llevan a cabo las universidades públicas.