Retener el talento de los investigadores españoles, tratar de atraer cerebros extranjeros, y propiciar que los científicos dediquen más tiempo a la investigación y menos al "papeleo" son los principales objetivos de la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, cuyo anteproyecto de ley fue ayer aprobado por el Consejo de Ministros. El Gobierno quiere además adaptar el sistema de ciencia y tecnología español a las competencias del Estado autonómico y de la Unión Europea.

Entre las novedades destacan la definición de la "carrera científica", que pretende ser más estable, basada en méritos y suficientemente atractiva para atraer y retener el talento, sobre todo de los más jóvenes. Planea para ello sustituir el sistema de becas para jóvenes investigadores por contratos con todas las prestaciones sociales, algo que según el Ejecutivo sólo tienen los países científicamente más avanzados.

Para atraer "cerebros" extranjeros aparece una nueva modalidad, el "contrato especial de investigadores distinguidos", y también se creará un nuevo contrato fijo que sustituirá al actual modelo temporal. Los sindicatos CC OO y UGT se opusieron ayer a la creación de ese contrato de carácter indefinido. Mientras que la Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones de España denunció el "desequilibrio" a favor del sector público, en perjuicio del privado.