Ya sea por comodidad o por buscar una mayor atención personalizada, los cursos online para aspirar a ser escritor se están imponiendo con fuerza en la red. Un cambio producido principalmente por la no siempre buena fama que acompaña a los talleres literarios presenciales, perseguidos en parte por el viejo debate de si son realmente efectivos. Sea como fuere, estas nuevas escuelas de escritores que se mueven en Internet incluyen una serie de parámetros que se asemejan a los de cualquier otro curso. Listas, foros, chats y equipos reducidos (al menos, así se publicitan) son sus principales herramientas.

Este fenómeno literario en la red ha desembocado también en otros formatos estrellas como la conocida "cadena de relatos". Ésta consiste en la redacción de una historia cualquiera por parte de un autor conocido, de tal modo que el alumno o aspirante a escritor debe darle continuidad, aferrándose al máximo a su estilo, mimando el vocabulario y tratando siempre de aportarle unos ingredientes a la trama que le den vida e interés al futuro lector. Una experiencia atractiva que te permite además recibir corrección de frases, nuevos estilos, ritmos e incluso consejos por parte de los autores consagrados.

En este sentido, el alicantino Miguel Valera, estudiante de Psicología en Valencia, ha obtenido varios premios en la iniciativa "leoyescribo.com" de la editorial Booket, teniendo como profesores de lujo a Ángela Vallvey, Lorenzo Silva y Julio Fuertes. De ellos, Valera ha atrapado un sello personal, un estilo propio, que es sin duda el paso más difícil para cualquier persona aspirante a escritor.

"Es una nueva escuela de escritores en la que aprendes mucho, porque es fácil adaptarse a la historia del escritor y te sirve además para comparar formas y estilos. Te fijas en los detalles del uso de diálogos, si es más o menos descriptivo, el tono y la personalidad que quieres darle a los personajes... Aprendes y además es muy entretenido", afirma Valera, quien añade que "también es muy interesante ver cómo Lorenzo Silva se inclina por un relato más cercano a la novela negra" y, por su parte, Julio Fuertes es "más divertido, como Eduardo Mendoza en Sin noticias de Gurb".

El debate

¿Valoran entonces por igual todos los escritores los talleres literarios presenciales con los nuevos virtuales? ¿Comparten características o es imposible cumplir los objetivos según donde se imparta, ya sea desde un ordenador o desde una aula física?

El escritor alicantino Mariano Sánchez Soler, coordinador de un taller literario sobre el género de la novela negra y que se organiza en la Universidad de Alicante desde hace ya varios años, señala que la importancia de estas lecciones literarias está en su carácter presencial porque "¿Se puede enseñar la alfarería en un taller virtual? ¿Se puede enseñar a pintar desde un ordenador? Está claro que no. Pues lo mismo ocurre con los talleres literarios".

"Las escuelas de escritores virtuales no me interesan, y creo que en todo caso son complementarias. En un taller enseñamos a construir, no a escribir. Porque cualquier persona sabe escribir. También un juez cuenta historias con sus sentencias. Pero no hace literatura. Son cosas distintas", añade Sánchez Soler.

Para el escritor alicantino, una de las diferencias fundamentales entre una escuela de escritores física y virtual, radica en el aprendizaje en grupo. "En los talleres literarios se enseña en equipo, leyendo en voz alta cada uno su historia, captando errores, aceptando consejos... Eso lo da un taller presencial, y no virtual". "También te puedo decir que en los talleres literarios salen escritores que publican sus libros, pero en las virtuales no sé nada", concluye Sánchez Soler.

Otro de los autores alicantinos más habituados a impartir talleres literarios es José Luis Ferris. El escritor de El amor y la nada, recientemente galardonado junto al actor Imanol Arias y Juan Echanove por la asociación "Defensores de los molinos de viento de Castilla La-Mancha", agregó que los talleres virtuales son "mucho más fríos, todo un negocio, porque si en los talleres tradicionales puedes meter grupos de 20 personas, que es lo normal, en uno de esos que sale por Internet puedes tener hasta 200".

El escritor alicantino añade que "yo siempre recomiendo el taller directo. Porque está claro que la cercanía y el contacto con otras personas que están compartiendo tu experiencia es muy importante. Y acudir a estos talleres presenciales no es tan molesto, y hay siempre muchos horarios a elegir".

José Luis Ferris destaca además que "es vital el contacto, y leer tus textos en público y que te juzguen. También está lo que hay detrás de las clases, eso hace mucho, y no todo es escribir. La gente que acude a estos talleres tiene un gran dinamismo, y son positivas las correcciones junto a tus compañeros. De ahí extraes conclusiones y avanzas mucho".

Los blogs o cómo publicar gratis tus relatos

La literatura en los blogs es un fenómeno ya conocido. Personas anónimas que escriben sobre su vida (diarios), que cuelgan sus poesías o bien se animan a subir sus relatos de ficción. Una forma gratis de que te lean, y que a la vez puedas ser conocido. Es la literatura de Internet, convertida en blogs en los últimos años, y que algunas editoriales privadas han reunido incluso en libros, contando con las publicaciones de más tirón, como ha ocurrido con la editorial Álogos. "El lector de blogs está encantado de disponer de ese objeto de culto -el libro- de su bloguero favorito, además de encontrarse con una selección depurada y literaria. Porque el blog es un género literario y, aunque hay miles de ellos a diario, la mayoría desaparecen y solo quedan los mejores", apuntó su director editorial, Javier Sánchez. Pero el caso es que no toda la literatura de la red pasa por los blogs. También existe la posibilidad de escribir tus relatos en webs donde otros miles de autores suben sus relatos para ser comentados y vistos por otros usuarios. Este es el caso de "yoescribo.com", donde es posible descargarse cualquier texto gratuitamente a tu ordenador para disfrutar de su lectura. Para subir tu texto, basta con registrarse.