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El grafiti gana altura

La asociación Alicante Colors dedica un mes a decorar el solar del antiguo Colegio Benalúa con un mural de 20 metros hecho con más de 250 sprays. Los grafiteros reivindican su papel de artistas

El grafiti gana altura

Un impresionante grafiti preside el solar del antiguo Colegio Benalúa. Un árbol de 20 metros conformado por firmas de los siete grafiteros que han trabajado en él y que han reflejado la esencia de esta manifestación artística. La composición está coronada por la figura de un búho, dibujado casi de puntillas, porque la grúa no subía más alto y los artistas querían «escalar» la pared cuanto más mejor para hacer el que es el grafiti más alto de la ciudad.

La asociación Alicante Colors ha dedicado un mes de trabajo y más de 250 sprays a este encargo de la Concejalía de Atención Urbana, que han hecho con el objetivo de que esta manifestación empiece a considerarse como un arte en Alicante. Son una asociación sin ánimo de lucro y únicamente han recibido el coste de la pintura utilizada. Han trabajado durante sus ratos libres, fines de semana y en plenas Hogueras, y todo por amor al arte, «literalmente», puntualizan. A cambio, se les ha dado libertad sobre lo que plasmar en las paredes: un árbol para rendir homenaje a los que hay en el entorno. Y como guiño aparece una referencia a la asociación de vecinos El Templete de Benalúa. «Esta es una obra de Alicante Colors sin una temática reivindicativa, nos hemos adaptado al sitio», cuentan.

Les puede el orgullo de grafiteros y al contemplar su obra están satisfechos de lo que ven. En ella, las firmas de los artistas se tejen en las raíces del árbol, el tronco, las ramas. Son: Soul, Mad, Rudi, Piros, Rast, Ramou y Chapu, «estrella invitada que hizo las dos pedazos de figuras infantiles», además de Joan Gili que es el fotógrafo.

Este gran mural es un grafiti porque se utilizan firmas y kekos (dibujos o caracteres). Y lo contraponen al que hicieron en la calle Bailén, muestra de arte urbano, que es un homenaje al cine que hubo mucho tiempo atrás en ese lugar. Lamentan que una ciudad que ha sido cuna del movimiento hip-hop no está promocionando estas manifestaciones artísticas como lo hacen en otras zonas españolas y anhelan la consideración que el grafiti tiene en otros países como Alemania, «donde hay gente que vive de este trabajo y expone en museos», cuenta Antonio Amorós, grafitero y licenciado en Bellas Artes.

«No estoy a favor de machacar las paredes, pero están marginando esta cultura», explica Manuel Pina, uno de los miembros de la asociación, y reconoce que acciones como la de los chavales que han dejado sus firmas en el edificio barroco del Ayuntamiento no ayudan a mejorar la imagen de este arte urbano. «Creamos la asociación para pintar espacios grandes y embellecer la ciudad», justifica. Y lamenta que se encuentran con muchos problemas, e incluso la incomprensión de otros grafiteros que no ven con buenos ojos que acepten encargos y les denominan «disidentes». Ellos se niegan a considerar lo que opinan muchos: «Si el grafiti es legal no es grafiti». Y reivindican que si en la cultura hip-hop «cobra todo el mundo: el cantante, el bailarín y el dj, ¿por qué no el grafitero?».

«La gente cogió odio»

Las firmas que proliferaban durante años en cualquier pared y lugar ha hecho mucho daño a la consideración que hay del grafiti. «Durante muchos años se ha estropeado la ciudad con el bombing y la gente le cogió mucho odio». Durante una época muchos comercios optaron por contratar murales para evitar el efecto de otros grafiteros. «Entre nosotros nos respetamos y es una forma de salvaguardar la obra», cuenta Antonio Amorós, quien al preguntarle qué es una pared para él responde al segundo: «Un lienzo».

A pesar de ello, Alicante cada vez más cuenta con espacio decorados por murales que embellecen paredes que antes no decían nada, y Alicante Colors ha contribuido en buena parte a ello. En muchos casos se trata de encargos hechos por la Concejalía de Imagen Urbana y Atención Urbana. Han dado vida a paredes de las harineras Cloquell y Bufort, de la plaza de Santa Teresa en San Antón, han decorado el Rincón del Poeta, Las Cigarreras...

De hecho, la asociación nació tras ponerse fin a la iniciativa municipal MurArt que orientaba a chavales en la cultura del grafiti dirigido a embellecer espacios o edificios públicos como colegios.

«Hemos cambiado los pinceles por spray», cuenta Antonio que pinta su sueño: «Hacer un grafiti donde no se puede, en la Plaza de Toros donde en los 80 estuvo el mural histórico, el primero de Alicante».

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