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Arturo Fernández: «No tengo problemas con el Principal, fue un lío de fechas»

El rey de la comedia teatral española actúa por partida doble en la provincia en septiembre

Arturo Fernández en una imagen promocional de su obra. JEAN PIERRE LEDOS

La próxima semana se le verá en Elche y la siguiente en Alicante. En este caso, regresa al Principal tras su último paso por el Aula de Cultura, ¿contento?

Todo se solucionó por la entrevista que hice en INFORMACIÓN, son cosas que ocurren. Un malentendido del Principal conmigo. Cuando nos enfrentamos dos personas de teatro, como Francesc Sanguino y yo, el entendimiento es fácil. Eso es lo que me ha ocurrido con él, que es un magnífico dramaturgo. Fue una confusión por las fechas y ya está, no tengo ningún problema con el Principal, todo lo contrario.

Ahora el entendimiento es tan grande que el Principal ha bautizado su nuevo ciclo de comedia como En septiembre al teatro, chatines

Eso no está mal, es divertido y hasta encantador. En Alicante estaré cuatro días y me parecen pocos, al igual que los tres que voy a pasar en Elche. Esta es una obra que crece por las recomendaciones del público. Los éxitos se propagan enseguida, son como el olfato. Muchos alicantinos que me vieron en Madrid me dijeron que volverían a repetir en el Gran Teatro o el Principal.

¿Qué puede decir de la representación de Alta seducción

Puedo asegurar que a lo largo de mi dilatada vida de actor he puesto en escena muchas comedias de éxito porque he sabido elegir los autores. Pero ninguna como esta, que habla sobre los problemas de diferencia de edad en una pareja y los principios. Es un recital por el texto, la interpretación, los decorados, los vestuarios, la música? Una comedia en estado puro. Mi personaje es un loco admirable, que sorprende por lo que hace para ocultar la diferencia de edad.

¿De qué más habla la obra?

De amor, sentimientos y ternura, de lo que puede hacer un hombre por no sentir que envejece. Hemos estado nueve meses en Madrid con la comedia, de septiembre a junio, y ahora vamos a volver en septiembre. Cuando una obra tiene éxito, nunca sabes cuándo va a acabar. La gente la recomienda al salir, «no te la pierdas», dicen, y ese es el verdadero éxito del teatro. El público es el auténtico número 1 en todo este mundo.

¿Se siente identificado con el protagonista de su comedia?

No, con los años que tengo ya se me ha pasado el arroz, ahora las veo venir. A veces me caen un par de lágrimas. Sigo admirando a la mujer, es lo más importante, empezando por mi madre, que ya no está. Soy un gran aficionado a la mujer, más que al fútbol.

En Alta seducción

Ella ha ganado el premio Max por La Celestina y el Ercilla de Bilbao por La montaña rusa. Ver a Carmen sobre un escenario es todo un espectáculo, es una actriz impresionante. Deleita, luce el vestuario, sabe dialogar, tiene un tono magnífico... Es una actriz con mayúsculas y eso hace que la comedia llegue en su máximo esplendor.

Veo que es un gran defensor de la comedia...

Ya no se escriben comedias así. Es el género más difícil de escribir e interpretar. Ahora hay una generación que no sabe interpretar la comedia. Requiere dotes, flexibilidad, simpatía y saber andar por el escenario de una forma diferente al drama. Los decorados de Alta seducción, por ejemplo, son de un lujo impresionante, y eso ya no se ve.

¿Por qué?

Las compañías van ahora con decorados que son telones. La comedia necesita glamur y lujo. Esto ocurre en el mundo entero, la prueba de ello es que lo que se hace es reponer las comedias de hace años. El autor que tiene posibilidad de desarrollar una carrera importante en el teatro es acaparado enseguida por las televisiones para ser guionista.

¿Cambia mucho el teatro al resto de interpretaciones?

Claro que cambia. En el cine puede ser un buen actor el cerdito valiente o la mula Francis. Eso en el teatro no sucederá nunca.

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