Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis Boyer: «Con la Fundación Mediterráneo entramos en una etapa distinta»

Prescindir de una palabra tan sencilla como «caja» supone para la ya Fundación Mediterráneo no solo un cambio de imagen sino también la línea de salida para afrontar una nueva etapa con otra filosofía

Luis Boyer, en su despacho, con la nueva imagen de la Fundación. jose navarro

Custodiar nueve centros culturales, dos casa museo, dos bibliotecas, dos espacios Camon, cuatro centros de medio ambiente, seis salas de exposiciones y un centro de legados resulta un golpe de suerte aunque también una responsabilidad que no siempre conlleva satisfacciones. Luis Boyer piensa más en lo primero que en lo segundo, más ahora que se han cortado las amarras con una entidad financiera «que ya no existe».

P La Fundación Caja Mediterráneo ya no existe. ¿Tanta trascendencia tiene una palabra?

R Yo creo que tanto el logo como el nombre cumplieron su papel y luego hay una parte que hemos heredado nosotros, que es la obra social, cuya consideración dentro de la sociedad ha sido ampliamente reconocida. Pero hemos creído conveniente tener una nueva imagen y un nuevo nombre. Lo que hemos hecho es potenciar una parte y quedarnos con Fundación Mediterráneo. Hemos entrado en una nueva etapa en la que no hay una vinculación ni a la caja ni a ninguna entidad financiera y se está partiendo de una nueva filosofía. Yo creo que pedía un cambio. Desde todos los ámbitos nos decían que teníamos que cambiar la imagen porque la nueva responde a otra época. No tenía sentido que pusiera caja cuando no hay ninguna caja ya.

P Llegar hasta aquí no ha sido sencillo.

R Entre una cosa y otra llevamos casi año y medio. Tuvimos problemas con el registro de la palabra Mediterráneo. Cuando nos dieron la razón en el registro llevábamos ya seis meses de trabajo. El Patronato de la Fundación aprobó el cambio de denominación en mayo de 2019 y la propuesta de la nueva imagen, a finales del año pasado. Íbamos a lanzarla antes de verano, pero vino la pandemia y tuvimos que interrumpirlo. Al final decidimos, como no sabemos lo que va a ocurrir, ir introduciendo la marca. Aprovechamos para que se vea por primera vez la imagen en un acto público, en el Festival de Cine de Elche.

P El cambio de la denominación y de la imagen afectará a todos los ámbitos de la fundación, a todos los edificios y a todos los eventos.

R Sí, la filosofía es que se vayan cambiado las submarcas y que Fundación Mediterráneo tenga una presencia fuerte. Seguirá siendo Casa Museo Azorín o Casa Modernista de Novelda, pero resaltando Fundación Mediterráneo.

P ¿Cómo va a ser la Fundación Mediterráneo a partir de ahora?

R Vamos a dedicarnos a fomentar lo que tenemos. A la parte de legados le vamos a dar una gran difusión, seguiremos incidiendo en el medio ambiente, la innovación y las nuevas economías. Hay líneas que van a continuar, como son las exposiciones o la actividad de las aulas de cultura, dentro de lo que se nos permita sanitariamente. En Alicante la capacidad es de 500 personas y vamos a poder meter a 150 o 175 personas, con lo cual de aquí hasta final de año la actividad se va a ralentizar un poco. No podemos realizar actividades como otros años porque lo que hacemos con el cobro de entradas es intentar compensar, no ganar dinero. Hace dos años empezamos con el festival de flamenco y ha sido un éxito, y luego ha ido muy bien también el teatro no profesional, que lo estamos fomentando junto con la Diputación, y estamos planteándonos el jazz, que ha sido una tradición en esta casa en otras épocas. Pero nos vemos condicionados por el aforo.

P ¿La función social seguirá siendo prioritaria?

R La función social no la perdemos, es nuestra misión. El día que se proclamó el estado de alarma escribí una carta a cada uno de los alcaldes donde tenemos locales -no lo quise decir entonces para que no pareciera que lo hacíamos por interés-, para ofrecerles nuestros locales y lo agradecieron todos. El de València nos llamó, aunque la Llotgeta era pequeña. Tenemos muy presente lo social. Somos privados pero de vocación somos públicos totalmente.

P La Obra Social CAM fue un dinamizador importantísimo, con una actividad de gran calidad y que trajo a Alicante a intelectuales de alto nivel en una edad de oro que no se ha vuelto a repetir y que queda en la memoria. ¿Ese legado pesa?

R Yo creo que tenemos que mirar hacia adelante, pero muchos siguen teniendo un gran recuerdo de su paso por aquí. Estuve en Madrid y vi a Pilar del Río, la viuda de Saramago, y se ofreció a colaborar porque la gente le tiene mucho cariño a esta casa y es fácil contactar para que vengan. Luis García Montero aceptó enseguida venir a presentar La Llum. Todo eso sigue en la memoria. Por eso lo que hemos hecho es volcar en la web los audios de ese histórico.

P ¿La compra de la CAM por parte del Sabadell cree que desvirtuó e incluso perjudicó la imagen de la Fundación Caja Mediterráneo?

R Yo creo que la gente también tenía separada mentalmente la obra social del negocio financiero. El recuerdo de la obra social era positivo, pero el problema es que con toda la deriva de querellas hubo mucha repercusión y eso afectó a la imagen. Poco a poco la obra social se fue separando de esa visión.

P El camino no ha sido fácil: la falta de presupuesto, las cuotas participativas, los ERE. ¿Cuáles han sido las mayores adversidades en los cuatro años que lleva al frente de la Fundación?

R La mayor adversidad ha sido la problemática de las cuotas participativas. La gente venía a la puerta del Aula de Cultura y en un momento determinado se nos pidió que en 10 días se enviase la relación de bienes para garantizar 30 millones de euros ante la Audiencia Nacional, por si se derivaba una responsabilidad subsidiaria. Luego la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo nos dieron la razón. Aún hoy seguimos reclamando el dinero que pagamos de las cuotas porque al principio tuvimos que aportar mitad ellos y mitad nosotros, hasta que hubiera resolución.

P El problema al que se enfrentan es el de la financiación. Una de las fortalezas y, a la vez, de los problemas de la Fundación Mediterráneo es que posee un gran patrimonio que hay que conservar y eso, en sí mismo, ya tiene un coste elevadísimo. ¿Cómo van a solucionarlo?

R La Fundación tiene un patrimonio espectacular a nivel artístico y cultural, y el cambio de marca es el final de un proceso de estar debajo de la mesa sujetando las patas para que no se cayera. Hemos conseguido que la mesa no se caiga y ahora estamos intentado fomentar estar presentes en la sociedad. Lo enfocamos consiguiendo rendimiento con la política de alquiler de los edificios; lo que hemos evitado son las cesiones. Ahora vamos a llevar también una política de venta de edificios que es lo que nos marcaba el plan estratégico porque tenemos una gran cantidad de inmuebles. La actividad la vamos a centrar en Alicante, Elche, la Llotgeta de València, Murcia y Cartagena, y lógicamente en las casas museo, eso es intocable. Estamos haciendo un estudio del valor de los inmuebles, una tasación, su situación urbanística, y unos se alquilarán y otros igual se venderán.

P ¿Y el cobro de entradas?

R Hemos cambiado la política; no todo es gratis, para que una parte de actividad tenga no solo gastos sino también ingresos. En las aulas de cultura también hay una parte de política de alquiler para actuaciones concretas.

P¿ El desacuerdo sobre las obras de arte con el Sabadell tiene solución?

R Nosotros reiteramos nuestra petición todos los años, a través de un burofax o requerimiento notarial, para que no prescriba, porque pensamos que es un tema pendiente de solventar. Lo de la CAM fue como fue y tengo la sensación de que lo que estaba en las salas del negocio financiero se entendía que era de la entidad. Nosotros incidimos en que esas obras nos corresponden. Se compraba arte con fondos del negocio financiero y además la obra social tenía todos los años unas cantidades para ese fin. Cuando se hace la escritura de segregación no pensaron que CAM podía desaparecer y que cada uno tendría que mantener su parte. Lo que era de la obra social entendemos que tiene que estar aquí.

P ¿Se han planteado la posibilidad de colaborar con la Fundación Sabadell, como hace Bankia con la Fundación Bancaja?

R Yo entré en la fundación en julio de 2016 y a finales de agosto se lo ofrecí al Sabadell y a su presidente, y no he tenido ninguna respuesta. Podíamos ser su marchamo cultural en Alicante Murcia y València, pero tenemos más relación con la Fundación Bancaja y con otras que con ellos.

P ¿Ve futuro a la Fundación Mediterráneo?

R Estamos en un momento de despegue y vamos a la búsqueda de un equilibrio financiero porque tenemos un patrimonio inmobiliario al que vamos a sacar rendimiento. Se han reducido los gastos a la mitad y vamos a poder tener un equilibrio. Yo quiero que la Fundación Mediterráneo sea un referente cultural y que vuelva a ser reconocida como un dinamizador social en la provincia. Mi ilusión es que vuelva a ser un referente en la sociedad alicantina y creo que lo vamos a conseguir. Si no, me hubiese ido.

«Fomentar el centro de legados es una prioridad»

P Uno de los tesoros de la Fundación son los legados. ¿Qué planes tiene?

R Pues fomentar la Llum es una prioridad, para dar a conocer todo el centro documental de legados que es excepcional. Ya hicimos una primera experiencia para que los escolares pudieran venir a conocer una parte de ese fondo. Esto también ha quedado interrumpido y no sabemos tampoco cómo lo retomaremos. Vamos a empezar con una exposición del periodista gastronómico Antonio González Pomata en la sala de exposiciones y allí, junto a la Universidad de Alicante a través de la cátedra Carmencita, presentar el legado que tenemos. Si todo va bien, lo haremos a mitad de octubre. También queremos hacer una exposición con todo el fondo que tenemos del Teatro Principal en la sala de la Lonja.

P Su colección de arte contemporáneo, con 213 piezas, tiene un nivel excepcional, pero nunca se ha visto de forma conjunta. ¿Va a haber algún cambio en su gestión respecto ala colección que está depositada en el MACA?

R La colección seguirá en el MACA porque está muy bien conservada. Ellos tiene una planta donde están nuestras obras, pero cuando ha habido que escoger alguna para llevarla a otro sitio no ha habido ningún problema. Algunas esculturas están la Lonja y luego están las 80 obras de los becarios. A partir de octubre vamos a organizar la exposición con esas piezas. La comisión que hacía la selección para la adquisición de obras, en la que estaban Tomás Llorens, Román de la Calle o Manuel Borja-Villel, tenía dos líneas. Una, seleccionar obras para la colección y otra, la concesión de becas, que económicamente muy importante. La única condición que se les pedía a los becarios es que cuando acabaran su etapa de formación cedieran dos obras. Vino la crisis de la CAM y una parte de las obras estaba sin recoger y hemos tenido que ir localizando a los becarios, algunos ya con renombre. Ya casi tenemos todas. Son 80 obras de 40 becarios y nos faltaban unas 30. La exposición la inauguraremos en el CADA en otoño y luego empezará a itinerar. También estamos trabajando en el catálogo razonado de la colección de arte contemporáneo. Todo el mundo se queda sorprendido de lo que tenemos. Estuve hablando con la Fundación Mapfre para hacer algo conjunto porque nuestras colecciones se complementan y juntas forman la mejor colección que existe de arte contemporáneo español.

P El CADA de Alcoy recibió un espaldarazo al convertirse en subsede del IVAM y eso le ha dado un respaldo nacional.

R Para nosotros era muy importante que el proyecto de Alcoy se hiciera realidad. Teníamos un convenio con la Generalitat y desaparecía si no se abría, así que pusimos todos los medios y ahora estamos contentísimos, ademas somos una entidad privada pero con buena relación con la instituciones públicas. El presidente de la Generalitat apostó muy fuerte y se están realizando grandes exposiciones. El respaldo del IVAM es importante y vamos a seguir con esa colaboración.

P Con la recuperación de la Llotgeta en València como centro fotográfico también se anotaron un punto importante.

R València tiene muchas salas y pensamos en centrarnos en la fotografía, donde pudiéramos hacer talleres y cursos, e ir combinando fotógrafos de prestigio con fotógrafos locales que destaquen para que puedan exponer allá. Está teniendo mucho éxito.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats