El ilustrador y autor alicantino Pablo Auladell cuenta que cada vez que sube a las redes sociales dibujos de sus cuadernos de trabajo, automáticamente se multiplican los me gusta. «Es algo que atrae especialmente y creo que todos tenemos curiosidad por saber cómo se hacen las cosas, siempre fascina el cómo se hizo. Además de que el ser humano siempre ha sentido una fascinación hasta el tuétano por la imagen y la representación», explica el Premio Nacional de Cómic 2016, que dio el sí a la propuesta del editor Octavio Ferrero a publicar algunos de estos trabajos preparatorios.

Ferrero, responsable de la editorial de Ibi Degomagom, tenía claro que debía hacerlo desde que vio los cuadernos de Auladell en su estudio, cada uno con título diferente. Aunque ambos tienen pendiente otro proyecto de libro a largo plazo, «no quería que pasara mi momento de editor sin haber publicado algo de Pablo y esto era algo que había que enseñar. Es una especie de diario con la que entras en la intimidad del autor», subraya.

El resultado es Cuaderno Arcaico Muralis, una especie de facsímil de la libreta de Auladell con ese título, que incluye una selección de dibujos realizados entre 2018 y mayo de 2020.

El volumen -de 80 páginas y con forma de cuaderno, como la original, de 20x20 centímetros- contiene cerca de 70 dibujos. La obra es una edición limitada de 300 ejemplares y está «salpimentado» con pequeños fogonazos de textos que utiliza Auladell en sus cursos y charlas sobre sus ideas para ilustrar.

Sin pruebas de anatomía

«No es un cuaderno de bocetos al uso y que nadie espere ver pruebas de anatomía, perspectivas o narices. Lo mío está lleno de dibujos bastante acabados, con los que construyo mi lenguaje o mi estilo. Mis cuadernos son más de investigación, de ideas sobre la construcción de un canon que utilizo yo en mi trabajo para dar respuesta a proyectos e imprimir un poco de coherencia a lo que hago», apunta Auladell, que añade que sus libretas se arman con los mismos materiales que utiliza al dibujar: grafito y pastel seco, y algún toque mínimo de color.

Textos para emboscados

Los textos intercalados entre los dibujos son «siete consideraciones para emboscados», escritas a mano y a ordenador, dirigidos a los lectores que hayan participado en los cursos de Auladell, además de cualquier persona interesada en la ilustración o en el trabajo del alicantino.

El nombre del cuaderno tiene significado solo para su autor, que necesita tener un título antes de ponerse a trazar formas y figuras, y añade que «simplemente es la música de las palabras, que me ponen en onda para dibujar de una manera; busco un molde para ponerme en situación», destaca el ilustrador.

Auladell y Ferrero mantienen aún la idea de publicar una obra de cómic del primero, con la que abrir la línea dedicada a este género en la editorial, aunque las circunstancias actuales derivadas de la crisis sanitaria por el coronavirus están retrasando muchos los proyectos.

Ferrero aclara que, aunque Degomagom está centrado en libros ilustrados mayoritariamente para público infantil, el Cuaderno Arcaico Muralis de Auladell es un buen ejemplo para «educar en la imagen» a este y otros públicos.