Esta gira con La Ventana probablemente sea la más extraña de todas las que ha hecho con el programa. Mañana estará en el Teatro Principal de Alicante con las butacas vacías...

Sin ninguna duda. En septiembre tuvimos el mismo debate porque se complicó mucho la cosa, sobre todo en Madrid. Y aunque viajamos con garantías y nos hacemos pruebas todas las semanas, tuvimos debate sobre si debíamos movernos o no, y decidimos, como ahora, que sí porque aunque no tengamos contacto directo con el público es un gesto, es enviar un mensaje de cercanía. La radio cumple ahora más que nunca la función de acompañar y vertebrar. Aunque este el teatro vacío, vamos a hablar con Quique Dacosta y va a cantar en directo Arkano. Es el mensaje de que la radio no ha dimitido.

En este momento tan complicado, quizá sea más necesario que nunca que la gente tenga una ventana, en el sentido literal de la palabra.

Necesitamos recordar y mostrar. En cada programa buscamos un leitmotiv de lo que pasa en ese lugar. En Alicante será la Costa Blanca, porque llegará un día en que la gente pueda volver a viajar, a moverse. Es una buena oportunidad para contar cómo es esta tierra. A nivel de atractivo turístico, de viaje, de potencial económico. Desde La Ventana queremos hacer ver cosas que siguen ahí aunque no puedas tocarlas.

Si va a hablar de políticos que se han vacunado por su cargo y no por estar en la lista de riesgo, en la Comunitat Valenciana tenemos unos cuantos.

(Risas) Sí, sí. Yo creo que aquí hay tres cosas. Primero, son muy poquitos casos afortunadamente. Segundo, el cargo público que se salta un protocolo del tipo que sea, automáticamente debe quedar inhabilitado, no hay discusión. Tercero, a lo mejor los protocolos debían plantearse que gente que pueda tener un peso decisivo en su función con los ciudadanos se vacune o no. Pero mientras haya unas normas pues es lo que hay. Es verdad que el caso de Pego, con el matrimonio de alcaldes, puede hacerte hasta reír y está bien que no perdamos la capacidad de reírnos. Pero se trata de dar ejemplo y es verdad que nos cuesta mucho dimitir en este país.

Durante el confinamiento, ha tenido que hablar a oyentes que estaban encerrados. ¿Cómo le ha condicionado en la forma de hacer radio?

En el confinamiento, el verbo más importante que conjugué en la radio fue acompañar y también sentirme útil. En esa etapa me he sentido más útil que nunca. Mira que hemos vivido cosas duras, atentados, desgracias, muertes, pero esos días saber que había tanta gente en casa sin poder salir te obliga a afinar más que nunca para buscar complicidades, a salir del bucle, a compartir la vida, a buscar una sonrisa.

¿Cree que hay sobreinformación?

El tema de la comunicación es fundamental para una pandemia como esta, pero creo que no lo hemos hecho bien. Tampoco tengo la solución. Lo que consigue el bombardeo sistemático de datos a cada momento es que lo acabas banalizando y lo relativizas. Habría que buscar un equilibro entre la necesidad de información y el agobio. Ahora hay una fatiga pandémica.

Todos los días escuchamos a alguien decir que esto nos hará mejores o que sacaremos algo positivo. ¿Se le ocurre qué?

Yo soy optimista por naturaleza, pero este rebrote, esta segunda parte, se nos va a hacer muy cuesta arriba. Si hablamos de grandes transformaciones en nuestro modo de vida y de trabajo, yo creo que, por desgracia, mucho no va a cambiar. Si hablamos de sentimiento, de músculo civil, creo que siempre ha estado ahí. ¿Saldremos mejores? Pues no sé, vivimos en una sociedad en la que todo funciona a golpe de tweet. Pero no saldremos más fuertes a corto y medio plazo. Los eslóganes tendrían también que dosificarse y lanzar mensajes claros y contundentes que nos conciencien de lo que tenemos que hacer, aparte del coraje político para aplicar medidas más drásticas. Economía o salud es un debate perverso.

Para dejar el covid, aunque también interfiere, ¿las elecciones catalanas se deben celebrar el 14 de febrero?

Creo que si no hubiera una situación peor de la que hay ahora deberían celebrarse. Pero es que desde Navidad ya venía el runrún de que se aplazaban. El derecho al voto es algo que hay que proteger y no es incompatible con el derecho a la salud. Pero lo que más me preocupa es que estamos en un momento en que se pueda llegar a pensar que no se toman medidas por parte de los gobiernos para favorecer sus intereses y eso sería repugnante. Estamos jodidos, estamos encanallados, contaminados y eso me preocupa de cara al futuro.

¿Qué piensa de la comparación del vicepresidente Pablo Iglesias entre el exilio republicano y el caso de Puigdemont y otros implicados en el procés?

Me parece horroroso y no haré más comentarios. Si es por estrategia, no entiendo a quién beneficia. Y si es por ignorancia me parece más horrible aún.

¿Alguna buena noticia que contar?

Pues una historia cojonuda que voy a contar hoy (por ayer) en el programa. Hay un pueblo de Guadalajara de 200 habitantes, Peralejos de las Truchas, que está recogiendo firmas para que le den el Princesa de Asturias a Bruce Springsteen.