La fotografía de Lucía Morate, vallisoletana afincada desde hace años en Alicante, se expone hasta el próximo 14 de marzo en el Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano de Valladolid. Su obra Panta Rei ha sido seleccionada entre una treintena de propuestas y puede contemplarse en el mismo edificio junto a otras muestras de artistas como Soledad Sevilla o Chema Madoz.

Panta Rei está formada por imágenes y fotografías casi escultóricas que muestran grandes planos detalle de la piel y de la naturaleza como hilo conductor para hablar de la identidad.

El título hace referencia al concepto de devenir y de fluidez introducido por el filósofo griego Heráclito en el siglo VI a.C. y Lucía Morate lo hace suyo para establecer un diálogo entre los ciclos naturales y los ciclos del cuerpo.

Algunas de las imágenes rocosas de Morate en la exposición. | CARLOS ESPESO

«Este proyecto nace como un juego y de la necesidad de investigar si los recuerdos del cuerpo permanecen, si el cuerpo tiene memoria. Es algo que está constantemente en mis trabajos: ver que cualquier experiencia nos marca y nos deja huella y cómo se va transformando», explica Morate, quien añade que al igual que esas experiencias nos modifican, «lo mismo pasa en la naturaleza, que está en transformación constante. Al final, el cambio es lo único constante en la vida».

Entiende el cuerpo como un mapa en el que a veces se manifiestan los procesos psicológicos y reflexiona sobre «lo quebradizo e inestable de nuestras vidas».

La muestra, que la fotógrafa califica de «orgánica y poética» se nutre de una treintena de obras que reflejan una fotografía «pausada y muy sutil» sobre cosas en las que no solemos detenernos a mirar. Ella amplifica esos detalles de la piel -a través de los poros, las cicatrices o las líneas de la mano- «pero no para hablar de la piel, sino de la identidad», aclara.

Algunas de sus obras son un híbrido entre la fotografía y la escultura, a veces las imágenes adquieren volúmenes que simulan rocas o las cicatrices aparentan ser fósiles en las piedras. «Yo empecé pintando y la pintura me llevó a la fotografía y ahora la pantalla me cansa cada vez más», reconoce.

Imágenes en busca de identidad

Desde el Museo Patio Herreriano explican que la obra expuesta de Lucía Morate «está basada en el estudio del cuerpo como territorio, con un conjunto de imágenes que se caracteriza por sus saltos de escala en el que las texturas afloran en variable grado de nitidez o de abstracción». «Hay en su obra, eminentemente fotográfica, una voluntad de pulsar lo epidérmico sin por ello eludir la ambición de atravesar capas, ya sean estas físicas o semánticas», añaden.

Fotógrafa y docente

Fotógrafa, docente y dinamizadora cultural, Lucía Morate es gestora y comisaria en el Festival de PhotoAlicante. Está especializada en fotografía participativa, utiliza la imagen como herramienta de reflexión y generadora de cambios individuales y colectivos. Buen ejemplo de ello es su proyecto La Cámara Tejedora, desarrollado alrededor de las Cigarreras donde los vecinos construyeron el relato de sus barrios.

Su trabajo ha sido seleccionado, premiado y expuesto en diversos festivales y museos y ha coordinado proyectos fotográficos para el Ministerio de Cultura en quince museos estatales.