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Director artístico de Pedro Almodóvar

Antxón Gómez: "Soy una persona eternamente curiosa"

Empezó en el cine con el alicantino Manuel Iborra y siguió con Bigas Luna y Huevos de oro, rodada en Benidorm. Alicante fue así testigo del principio del que es director artístico de Pedro Almodóvar. Mañana estará en Alicante, en las Jornadas Profesionales del Cine Español de la UA (Sede Ciudad, 20 h).

Antxón Gómez. | INFORMACIÓN

¿Vio los Goya online en este año tan raro?

Sí, sí. Los vi y la verdad es que me gustaron. Me pareció una ceremonia muy concisa, se hizo ágil. Era extraño, pero era interesante ver la reacción de los familiares, era todo muy natural y distendido. Y me gustó muchísimo el discurso de Ángela Molina, con el amor que dijo las cosas, la soltura y la verdad. Y luego fue muy interesante cómo se internacionalizó un poco a través de los mensajes de gente de fuera. Aquí parece que el cine es una cosa de cuatro rojos y resulta que tiene gran trascendencia fuera. Fue una ceremonia chula, rara, muy acorde con los tiempos.

Usted recibió uno en 2008 por Che, el argentino, película de Steven Soderbergh. Qué diferente fue entonces.

Pues sí. Con el Che fue diferente todo. La película porque era internacional y el momento, que era muy distinto al actual. Me dieron este Goya por esta película y, sin embargo, me han nominado no sé cuántas veces por películas de Almodóvar, pero nunca le han dado un premio al arte, que es muy significativo en su producción, creo yo.

El Goya a mejor director artístico se instauró en 1987, seis años después de crearse los premios. Algo significa.

Eso indica un poco la consideración que alguna gente tiene de la dirección de arte, que es responsable de la parte artística, decorativa y visual de la película, aunque pasa bastante desapercibida. No sé si la gente piensa que las cosas que se ven están ahí así, porque tienes que adecuar todo a una época, desde la gráfica, a los objetos, la iluminación, los tapizados, el vestuario... Lidero una batalla para que se valore el esfuerzo y el valor de lo que hacemos los directores artísticos, que somos también los que proponemos las localizaciones. Es un trabajo muy duro y áspero, pero también muy emocionante.

¿Alicante, dejando ya atrás Ciudad de la Luz, es una provincia de rodajes?

Ahora que hay tantas plataformas rodando en España estaría bien Ciudad de la Luz porque hay escasez de platós. En Alicante he rodado solo en Benidorm, Huevos de oro, que fue una experiencia muy gratificante e interesante. Pero tiene muchas posibilidades y muchos contrastes. Desde Benidorm, que es una especie de impacto visual brutal, hasta toda la costa y el interior. Estuve localizando por Alicante con Pedro (Almodóvar), para la película La mala educación, buscábamos un colegio que era el eje de todo, pero no hubo manera.

Le echaron de la Facultad de Química en Valladolid por protestar contra el franquismo, colecciona objetos, sobre todo lámparas, y llegó al cine con Manuel Iborra, alicantino, y luego con Bigas Luna y Huevos de oro en Benidorm. Toda una trayectoria.

Yo trabajaba en el campo de la publicidad y hacía decorados para anuncios de televisión. Ahí me formé un poco y la primera película fue Tres por cuarto, con Manuel Iborra, muy chula, en el 82. Y después de ahí pasé a la de Bigas Luna. Parece que hay una vinculación subconsciente con Alicante (risas). Todo ha sido un poco raro porque el origen de todo fue en realidad un día que yo aparecí en mi casa de Barcelona con mi novia y había un chico que buscaba ayuda para unos anuncios que iba a rodar. Yo volvía de dar una clase sobre el átomo, porque trabajaba en una academia dando clases de física, química y matemáticas. Me dijo que mi casa era superchula, porque no era anodina, siempre me ha interesado la estética y ya coleccionaba lámparas. Eso, la tortilla de patatas que comió y que necesitaba a alguien, me catapultó al mundo de la publicidad en el año 78. El primer trabajo que hice en mi vida de esto fue un anuncio de Cinzano en Francia. Y así empezaron a llamarme. Por eso animo a quien se quiera dedicar a esto, porque no hace falta ser Leonardo da Vinci.

Después se abonó a trabajar con Pedro Almodóvar. No será fácil encontrar el punto en el que quiere ambientar sus historias que tienen una estética y una imagen muy característicos.

Fácil no es nunca, pero tampoco se me hizo muy complicado. Almodóvar es muy exigente y no le valen muchas cosas, pero yo también estaba acostumbrado a trabajar abriendo muchas posibilidades y no ir a lo fácil. Con Pedro hay que ver, hay que reflexionar, hay que hablar. No es el cenicero, es qué cenicero. A mí que me exijan y que los objetos tengan un sentido propio me parece bien porque soy un flipado de eso. Esa estética tan particular es culpa de los dos. Sus películas tienen su propio universo.

Usted debe ser muy curioso y muy observador.

Esa es la base, la curiosidad. Yo de mi padre recibí un consejo que siempre recordaré, me decía que en la vida hay que ser muy curioso. Eso se me ha quedado. Yo soy eternamente curioso, me interesa casi todo lo que pasa a mi alrededor. Nosotros estamos todo el día engañando al ojo, nada de lo que mostramos es absolutamente real.

Le entrevisté hace unos años y me dijo que había dicho que no a Almodóvar, la primera vez, y también a Woody Allen... No me diga que en este tiempo ha rechazado a algún otro gran director.

Ya no, ya no. Ahora que me llame. No he coincidido con nadie más. Me hubiese encantado hacer la película de Woody Allen y me dijeron que había perdido mi oportunidad. Es diferente que te pillen trabajando y no puedas aceptar la propuesta y otra que tengas que elegir entre uno u otro. Elegí a Soderbergh y el Che, y creo que elegí bien, pero es un precio que pagas cuando eliges.

El cine sigue adelante. ¿Qué proyectos tiene?

Estoy con Pedro en su próxima película, Madres paralelas, que empezamos a rodar a final de mes. Están los decorados construidos en estudio ya. Y a ver si va a los Óscar La voz humana, el corto de Almodóvar. Es un trabajo muy especial porque es una pieza artística en sí misma, que no tiene que ver con el cine. Vamos a ver.

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