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Susana Guerrero lleva su maternidad a Nueva York

La artista ilicitana expone en la galería Thomas Jaeckel de la Gran Manzana su visión dolorosa y regeneradora de la gestación a través de una treintena de esculturas de cerámica y cable trenzado

Arriba, parte de la exposición Mother, consumed en la galería neoyorquina, junto a una pieza y la artista con su obra La madre. | INFORMACIÓN

«La maternidad me parece interesante en el concepto más bestia del término: ser atravesada por otro ser, que se generen sus órganos y los tuyos se desplacen, que todo cambie y nada vuelva a estar en el mismo lugar», avanza la artista ilicitana Susana Guerrero sobre su exposición Mother, consumed (Madre devorada), que acaba de inaugurar en la galería Thomas Jaeckel de Nueva York, con una treintena de piezas escultóricas que exploran la simbiosis entre madre e hijo durante la gestación, el proceso en el que una mujer comparte su vida -órganos, sustento y espíritu- para que otro ser autónomo llegue al mundo.

La idea de la madre devorada, explica, tiene que ver con alimentar a otro ser que te come por dentro, con la multiplicidad de órganos en un mismo cuerpo, del que la madre sale fortalecida por la ofrenda de su propia carne para alimentar otra vida.

Amarre, una de sus obras nuevas.

«Es un proceso doloroso con recompensa, que puede verse horroroso o sublime», apunta Guerrero, que representa esa transformación a través de esculturas en forma de órganos: corazón, pulmones, estómago, riñones -entrelazados con cables o espinas- que denotan la pasión por la anatomía humana de una artista que trabaja sus piezas con la mirada de un médico internista o forense.

«Los libros de anatomía son maravillosos y lo saco todo de ahí. La anatomía es un acto de introspección, de ir hacia dentro, que me atrae mucho, como las plantas y la botánica, que también me encanta», explica Susana Guerrero, mientras cuenta admirada una historia de madres devoradas por sus crías entre una especie de arañas. Cuenta entre bromas que algunos amigos le llaman «la macabrita», pero ella argumenta que no hace sino describir las cosas tal cual suceden a su alrededor.

Susana Guerrero lleva su maternidad a Nueva York

Todo este trabajo pasa por la revisión y la deconstrucción de las formulaciones mitológicas y las historias populares, que la artista reconstruye como base de sus obras y donde la leyenda de tradición oral mediterránea La mare dels peixos -donde una criatura entrega su propia carne para engendrar otras vidas y luego renacer- planea por toda ella.

Sus galeristas de Nueva York, impresionados por sus esculturas, no pegaron ojo después de ver por primera vez sus piezas en el año 2016 y ahora, retrasada por la pandemia, presenta su segunda exposición individual en la sala de Chelsea, el barrio del arte tomado por las galerías al oeste de Manhattan.

Susana Guerrero lleva su maternidad a Nueva York

La muestra, que Guerrero no ha podido ir a inaugurar y permanecerá hasta el mes de mayo, cuenta con parte de las piezas que ya mostró en dos exposiciones previas en Alicante y Elche, pero ofrece otra parte de obras nuevas en las que introduce la cerámica trenzada, al igual que ha hecho en los últimos años con sus obras tejidas a mano con cables eléctricos de peso y grosor considerables.

«Ahora estoy trenzando barro. Lo que antes hacía con los cables, lo llevo a la cerámica, como si tejiera el barro, que tienes que ir cerrándolo porque, si no, se raja. También junto el cable eléctrico con las espinas de agave, en una especie de diálogo entre materiales que se unen», explica la artista, que reutiliza los materiales que recolecta y transmite la dureza del proceso del tejido «como ritual de convocatoria, reivindicando el trabajo femenino tradicional dentro de una plástica artística contemporánea».

La ilicitana siempre ha creído en la carga simbólica de los materiales que emplea, «como pasa con las imágenes de los santos, que se cargan de poder, como talismanes», indica, tras añadir que hay gente que le compra obras «porque las entienden así, como objetos de poder a través de la fe».

Guerrero ha participado también con su obra en la feria de arte contemporáneo de Palm Beach, celebrada recientemente.

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