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Chema García Ibarra lleva Carrús al Festival de Locarno

El cineasta asegura que es una cinta «superlocal», con una mezcla de géneros «muy extraña»

Un fotograma de la película Espíritu sagrado, que Chema García Ibarra rodó en el barrio Carrús de Elche.

Para conocer por dónde va el cine de Chema García Ibarra (Elche, 1980) basta con ver algunos fotogramas de Espíritu sagrado. Y también con saber que cuando hizo el casting buscaba personas «normales». El cineasta ilicitano lo define como «superlocal» y eso, cree, es lo que ha podido impactar en el Festival de Cine de Locarno, que se celebrará del 4 al 14 de agosto, para que no solo la haya seleccionado para su estreno internacional sino también para incluirla a competición en la sección oficial, algo no muy común cuando se trata de óperas primas.

Decir que esta première se hará en uno de los festivales más destacados del panorama internacional sería suficiente para valorar el nivel cinematográfico de este realizador, que ha conquistado al público con sus cortos, pero hay que añadir que se medirá con nombres de la talla de Abel Ferrara.

«Nosotros queríamos a toda costa estrenar en un festival grande -aseguraba ayer tras conocer la noticia-, pero era complicado hacerlo en la sección oficial; aspirábamos a estrenar en secciones dedicadas a nuevos directores o a operas prima, pero imagínate que nos han seleccionado en la oficial».

García Ibarra, durante el rodaje de la película en Elche. | ANTONIO AMORÓS

Espíritu sagrado es una película costumbrista con un toque fantástico, filmada en Carrús de Elche, barrio del cineasta, y ha sacado a sus vecinos con naturalidad y acentos reales. Tardó más en gestarse que en rodarse. «Yo suelo ser bastante rápido, se rodó en cinco semanas, en octubre de 2020, en plena segunda ola. Suelo producir la película de una forma rápida porque ruedo con no demasiados planos, utilizo el plano general, por lo que el montaje no tiene muchas posibilidades y lo tenía todo bastante claro, muy pensado», afirma el director de esta cinta producida por Apellaniz y de Sosa, Jaibo Films, La Fábrica Nocturna Cinéma y Teferruat Film. Además en el montaje le ha acompañado Ana Paz, montadora de Verano 1993, y en el sonido, Roberto Fernández, Goya por El reino, «que es un genio total».

Si algo caracteriza esta película, es que refleja un lugar y a unas personas fácilmente localizables. «A mí no me gusta nada lo cosmopolita, esas películas que igual se pueden hacer en España que en EE UU, que están hechas de la misma forma, se dicen los mismos diálogos y visten igual; me gusta que haya muchos localismos, que se identifique geográficamente».

Un fotograma de la película Espíritu sagrado, que Chema García Ibarra rodó en el barrio Carrús de Elche. INFORMACIÓN

Y así es porque está su barrio y ahí es donde sitúa la asociación ufológica Ovni-Levante que reúne a sus miembros semanalmente para intercambiar información sobre mensajes extraterrestres y abducciones. «Tiene una mezcla de géneros muy extraña; es una película muy divertida y muy oscura a la vez, es local y costumbrista, pero también toca la ciencia ficción. Esos contrastes pienso que son los que han interesado al Festival de Locarno».

Se niega a encasillar en un género determinado esta cinta. «A mí me gusta olvidarme de los géneros; hay que ver esta película y estar dispuesto a reírse y a mitad de la risa recibir como un puñetazo. Como espectador, eso es lo que más me gusta, cuando la peli me ha llevado a un lugar que no conozco y es lo que como cineasta he intentado hacer. Por eso animo al espectador a que se deje llevar por lo desconocido».

La define como una película de autor y como tal «tiene una trayectoria natural que son los festivales de cine», afirma. «Ya tenemos el estreno mundial y ahora vamos a buscar un estreno en España que sea interesante; luego se presentará en cines en algún momento del último trimestre del año con La Aventura, distribuidora de Parásitos en España. Cuidan mucho las películas y mezclan cintas de autor y de género».

De momento, su trayectoria está plagada de reconocimientos, en Sundance o San Sebastián, entre otros muchos certámenes de cine. Los cortos El ataque de los robots de Nebulosa-5, Protopartículas, Misterio, La disco resplandece y Leyenda dorada (dirigido junto a Ion de Sosa), así como el mediometraje Uranes son sus trabajos escritos y dirigidos hasta ahora.

Chema García Ibarra ha iniciado un camino sin retorno y ya piensa en el segundo largometraje. «Estoy escribiendo un guion para el segundo largo. Los productores están contentos y si podemos seguir trabajando juntos sería genial; a ver si en los próximos meses lo terminó».

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