El incuestionable éxito del Benidorm Fest, el concurso ideado para seleccionar al representante de España en Eurovisión, ese que ha conseguido reconectar al país con el certamen de la canción más importante del mundo, se ha visto empañado por su polémico sistema de votación. El triunfo de Chanel con su tema SloMo ha desatado la furia de una parte de las hordas de eurofans, simpatizantes y haters, principalmente los que apoyaban las candidaturas de Rigoberta Bandini, que obtuvo la plata, y de Tanxugueiras, con el tercer puesto. Todo apunta a que la euromovida que polariza al país traspasará, incluso, las redes sociales para llegar ni más ni menos que al Congreso de los Diputados. Y en esas, la nueva embajadora del perreo patrio ha tenido que salir a defender dos cuestiones: que no tenía enchufe con los jueces del festival y que su tema no sexualiza a la mujer, sino al contrario, que supone un llamamiento al empoderamiento femenino.

Chanel defiende el "llamamiento al empoderamiento femenino" de SloMo

Chanel defiende el "llamamiento al empoderamiento femenino" de SloMo C. Suena

El veredicto del jurado profesional del Benidorm Fest, que cerró filas para apoyar el espectáculo de corte latino y urbano de la ganadora, fue crucial para que obtuviera el pasaporte a Turín, puesto que el respaldo mayoritario de la soberanía de la calle, de los dos sistemas de voto popular ideados por RTVE, dio el triunfo a las cantareiras. Por contra, el tema Terra de las gallegas, el nuevo estandarte de la multiculturalidad y las lenguas cooficiales, obtuvo el quinto puesto en el ranking del jurado. Y en medio, el himno feminista Ay mama que llama a parar la ciudad «sacando un pecho fuera al puro estilo Delacroix», que no fue el más votado ni por el jurado ni por el público, pero que acabó con la barcelonesa como subcampeona. El resultado final, que se dio a conocer al filo de la media noche del sábado a través de una gala televisada que batió récords de audiencia, dio paso a una batalla campal en las redes sociales.

Parte de los comentarios evidenciaron educadamente la decepción. Tongo fue probablemente una de las palabras más repetidas. No faltaron los memes y tampoco acusaciones de los vínculos de Chanel con el jurado. Pero la contienda cibernética se fue de madre y no tardaron en aparecer la misoginia e incluso los ataques racistas hacia la treintañera de origen cubano afincada en Cataluña que representará a España en Eurovisión. Finalmente, la artista acabó cerrando su cuenta en Twitter y este domingo a mediodía compareció en Benidorm. Lo hizo para agradecer el triunfo, pero estaba claro que las preguntas de los medios de comunicación irían más allá tras el revuelo generado. Ante los comentarios suspicaces en redes que inciden en la vieja relación existente entre Chanel y uno de los miembros de ese jurado, la coreógrafa Miryam Benedited, la cantante aseguró que hace cuatro años que no habla con ella. Defendió con naturalidad que lleva en el negocio del espectáculo desde los 16 años y que Benedited no solo ha trabajado con la ganadora del Benidorm Fest, sino también con otras candidaturas. De igual forma, reivindicó que su tema también «es una llamada al empoderamiento femenino».

«Da igual que vayas vestida con un chándal o con un tanga. Si te sientes fuerte, te sientes potente, eso es el feminismo, es sentirte empoderada... Que no se nos cuestione por cómo vamos vestidas. Yo me reivindico como feminista», sentenció.

Por otro lado, Chanel hizo un llamamiento a no banalizar las campañas de odio en redes sociales. «Me río para quitarle peso a las críticas, pero somos seres humanos y por mucho que estés en la palestra nadie debería entrar en lo personal. Cuidemos mucho la salud mental, que esto no hace bien», pidió la artista, quien no obstante dijo sentirse «fuerte».

Chanel recibió también mensajes de apoyo como el de la propia Rigoberta Bandini, que en un alarde de elegancia y buen perder, dijo: «Quiero mandarle toda mi fuerza a Chanel, te agarramos del brazo tal y como hacíamos en nuestra canción hermana, lo vas a petar».

La magnitud de la contienda cibernética obligó a RTVE a intervenir. Lo hizo para decir que la dirección del ente público es consciente de la controversia sobre el proceso para elegir la candidatura a Eurovisión, pero lo consideró algo «positivo». Desde la televisión pública se apeló a que la grandeza de toda competición consiste en aceptar plenamente las reglas hasta sus últimas consecuencias. No obstante, se manifestó el compromiso de abrir un diálogo «participativo para mejorar, de cara a próximas ediciones, todo el proceso del Benidorm Fest. Y mientras tanto, la formación política Galicia en Común anunció que llevará al Congreso de los Diputados lo que considera «falta de transparencia» de las votaciones del festival , preguntando al Consejo de RTVE por una auditoría del cumplimiento de las bases del concurso y sobre el sistema de votación de mensajería instantánea.

Está por ver si todo este eurodrama acaba afectando o no a un festival que empezó superando todas las expectativas y acabó como trending topic de la controversia. Y en varios idiomas.