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Jordi Jiménez Participante en el programa de Atresmedia "Reinas al rescate"

«Visibilizar el VIH contribuye a borrarle el estigma que todavía tiene»

El joven de Benilloba ha protagonizado una entrega del espacio de Atresmedia que visibiliza al colectivo LGTBI en el medio rural, hablando de su caso como seropositivo.

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«Visibilizar el VIH contribuye a borrarle el estigma que todavía tiene» Juani Ruz

El programa «Reinas al rescate» de Atresmedia, en el que cuatro «drag-queens» comparten una semana con personas del colectivo LGTBI en zonas rurales, ha hecho una parada en la provincia. Jordi Jiménez, de 34 años y de Benilloba, ha protagonizado la segunda entrega, emitida el pasado 21 de agosto. En ella ha compartido que es seropositivo, algo que, en su opinión, puede contribuir a visibilizar y normalizar la convivencia con el VIH y con personas que son portadoras del virus.

¿Cómo surgió la idea de participar en «Reinas al rescate» y decir abiertamente en televisión que es portador del VIH? 

Debo decir que, en un principio, fue la productora la que contactó conmigo, ya que buscaban perfiles de personas LGTBI que viviéramos en entornos rurales. Les dije que, dentro de lo que cabe, mi vida es muy aburrida [ríe], y que en mi pueblo todo el mundo sabe que soy gay, y que hasta he sido concejal. Pero pensé que podía aprovechar para dar el paso y decir que soy seropostivo. Y a la productora le pareció bien; consideró, al igual que yo, que era necesario tanto a nivel personal como para el conjunto de la sociedad, por la repercusión que pudiera tener.

¿Le costó decidirse a dar el paso de contarlo?

Es como salir otra vez del armario [ríe], pero pensé que a mí me ayudaría mucho, y también a muchas otras personas que me vieran y pudieran sentirse de alguna forma identificadas.

¿Cree que su gesto puede normalizar el hecho de ser portador del VIH en la actualidad?

Totalmente. Creo que contar algo así en televisión contribuye a borrarle al VIH el estigma que todavía tiene a día de hoy. A mí particularmente sabía que me iba a ayudar mucho en mi contexto, que la reacción iba a ser positiva. Pero además, si hay alguna «animeta» como yo (sic) en algún pueblo a quien le pueda servir de referente, diciéndole «lo que más importa eres tú», me doy más que por satisfecho.

¿Cómo ve la percepción del VIH en la sociedad actual?

He notado un cambio desde hace algunos años, desde que está la PREP [medicación de tipo preventivo], aunque sobre todo dentro del colectivo LGTBI y de la población más joven. Sin embargo, fuera de esos ámbitos creo que permanecen los viejos estigmas como llamar «sidosos» [pone un gesto de desaprobación] a los portadores del VIH. Se sigue viendo desprecio y se siguen escuchando supuestos chistes con una carga ofensiva muy fuerte.

¿Y en cuanto al tratamiento médico de la enfermedad?

La medicación que tomo es una sola pastilla al día, pero es muy fuerte; por eso cada dos años me hacen una revisión muscular. Es importante que las defensas que genera el cuerpo siempre estén altas, y tener cuidado de no contraer otras enfermedades que puedan debilitarlas. Pero por lo demás, vida totalmente normal; revisión cada dos meses y punto, no hay más. Eso sí, espero que el programa sirva también para concienciar más sobre estas cuestiones a los profesionales sanitarios, y a que se pongan más recursos y sean más accesibles para todos; por ejemplo, en mi hospital de referencia, el de Alcoy, no existe este servicio.

¿Cómo ha sido la reacción en Benilloba tras la emisión del programa?

El «qué dirán» era de las barreras que más me costaba, y al final no ha sido nada. Al contrario, no he visto ningún rechazo y sí mucho apoyo. Y bueno, a eso hay que añadir toda la expectación que se generó en el pueblo durante la grabación, fue bastante impactante [ríe]. Pero después, todo han sido mensajes de apoyo. Espero ser un ejemplo positivo de lo que implica tener VIH y vivir en un pueblo pequeño.

¿Y por parte de su familia?

Muy bien por parte de todos, sobre todo mi madre, que como se ha podido ver, se vistió también de drag en el programa y todo [ríe]. Mi hermano, en todo caso, era el que no sabía cómo se lo tomaría. Pero cuando le expliqué de qué iba todo sí quiso participar. Así que no puedo decir más que la experiencia ha sido muy positiva, y que espero que sirva para lo que me lancé a esta aventura: visibilizar el hecho de ser portador del VIH como algo absolutamente normal.

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