La cineasta alicantina Pilar Pérez Solano, ganadora de un Goya por el documental Las maestras de la República, vuelve a sumergirse en la historia reciente de este país en su nuevo trabajo, que pone el foco en la ciudad de València cuando el Gobierno republicano se traslada allí durante la contienda española ante el avance de las fuerzas franquistas en Madrid. València, capital de la República es el título del nuevo documental de la alicantina, que presenta este jueves en la Sala SGAE de València y que el 7 de noviembre emitirá À Punt.

En este trabajo, Pérez Solano condensa en 70 minutos el tiempo en el que València fue la capital republicana -de principios de noviembre de 1936 a finales de octubre de 1937-, "un periodo muy corto, no llegó a un año, pero en el que pasaron muchas cosas y València vivió mucha agitación cultural convirtiéndose en faro de intelectuales y artistas comprometidos en la lucha contra el fascismo", explica la directora, que recibió el encargo de la Diputación de Valencia de narrar visualmente este episodio histórico al cumplirse 85 años de esta capitalidad con el fin de "divulgar y dar a conocer este periodo tan desconocido para el gran público".

Pilar Pérez Solano NACHO GALLEGO

Pérez Solano comenta que mientras abundaban los trabajos escritos y las publicaciones, así como exposiciones sobre esta época, "no había un audiovisual sobre este periodo concreto que lo explicase" y de ahí su participación. "Es una etapa muy interesante, y se debería profundizar aún más para que no fuera tan desconocida. Luego llegó una etapa de borrado con la Dictadura y todo se quedó en el olvido, pero pasaron muchas cosas interesantes".

Ella se queda con dos acontecimientos: el Congreso de Escritores para la Defensa de la Cultura, inaugurado en el Ayuntamiento de València en julio de 1937, que reunió a mujeres del 27 como María Zambrano o María Teresa León y a nombres como Tristan Tzara, Tolstoi, Octavio Paz, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Rafael Alberti o André Malraux; y el traslado de las obras del Prado y de los principales museos de Madrid, que estaban siendo bombardeados "y que llevaron por la carretera de Valencia, que era la única vía de escape de Madrid, al Museo del Patriarca y a las Torres de Serranos, que idearon sistemas de protección especiales para proteger las obras", apunta la documentalista.

Fotograma del documental "València, capital de la República", donde se habla del traslado de obras del Prado a València INFORMACIÓN

Para la profesora de Historia de la Educación de la Universitat de València Carmen Agulló, la ciudad fue "todo un símbolo de una ciudad cosmopolita y una ciudad abierta, acogedora, sobre todo de acogida", entre intelectuales, políticos y refugiados que huían de la guerra a València, que registró un aumento enorme de población.

Agulló forma parte de la docena de personas entrevistadas en el documental, tanto estudiosos y profesores -Salvador Albiñana, Ana Aguado, José María Azkárraga, Carmen Agulló o Javier Navarro, entre otros- como protagonistas o sus descendientes que lo vivieron en primera persona -Palmira Calvo, hija de una maestra de la República, la nieta de Negrín, Carmen Negrín Fetter, o la nieta de Juan Peset Aleixandre, Carmen Peset Cañellas- que narran "tanto la luz como la represión" cuando el Gobierno se fue de València. Ello se combina con el material gráfico recopilado de archivos de la época, que ha sido lo más laborioso de buscar y seleccionar para el equipo de Transit Producciones, que ha contado con el cineasta alicantino Javier Marco, también ganador de un Goya, en el montaje. 

El investigador José María Azkárraga, en el documental de Pérez Solano INFORMACIÓN

"Ojalá esto sirva de punto de partida para hacer más cosas porque hay mil historias que contar, como que Valencia fue también un nido de espías -de Rusia, de Alemania, Italia- y tiene mucho protagonismo en todos los informes y contra-informes de esa época", apunta la directora, algo que demuestra "la cantidad de miradas" que puede haber en un mismo pedazo de historia. Ella, que después del éxito de Las maestras de la República continuó contando el papel de la abogacía desde los 60 a la Transición en La Defensa, por la libertad, bromea indicando estar "un poco encasillada", pero se reconoce "encantada de haberme especializado en temas de memoria y es muy bonito aprender de este periodo y enfocarlo de forma interesante para el espectador".