Concierto en Alicante: Tom Jones no tiene límites

Si alguien había pensado que iba a ver a un honorable cantante de 83 años al que se podía perdonar todo, se encontró en la Plaza de Toros con un Tigre de Gales que mantiene una voz portentosa y unas ganas de bailar envidiables

Tom Jones arrasa en su concierto en Alicante y demuestra que no tiene límites

Pilar Cortés

Decíamos en este mismo periódico en 2008 que Tom Jones «desafía el paso del tiempo». Han pasado 15 años y habría que decir que más bien «se ríe del paso del tiempo». El Tigre de Gales cambió la selva donde reina como toda una leyenda del pop británico por la Plaza de Toros de Alicante en la noche del martes vestido de negro y dispuesto a salir por la puerta grande porque no lo concibe de otra forma. Al público, desde luego, ya lo tenía ganado.

A sus 83 años recién cumplidos, y convertido en el rey de su manada, se ha lanzado a pisar escenarios de toda Europa para celebrar su medio siglo en la música. Y viendo la energía despegada anoche bajo la luna en Alicante podría sumar otros 50 más .

Salió al escenario dispuesto a comerse el mundo a lo largo de casi dos horas para hacer desfilar algunos de los grandes éxitos de los 41 álbumes publicados a lo largo de su carrera. También temas de su último disco, Surrounded by Time, que vio la luz en 2021 y le colocó número 1 en las listas británicas. Entonces era más joven. Tenía 81.

Cantar y bailar

No considera suficiente haber vendido más de 100 millones de discos, ganar un Grammy, un premio MTV, tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood o ser nombrado Oficial de la Orden del Imperio Británico. Tom Jones no tiene límites. Y sigue cantando con una potente y prodigiosa voz. Y moviendo las caderas.

Estilo y complicidad acompañaron a Tom Jones y sus canciones a lo largo de la noche. Pop, rock, soul, góspel... eso es lo de menos. Todo lo domina. Y además suena bien. Desde I’m growing old (Me estoy haciendo viejo), corte de su último disco con el que comenzó el concierto y que en su voz sonaba a ironía, hasta canciones como If I only knew, Kiss, What's new pussycat?, que Woody Allen utilizó en una de sus peliculas, como el cantante recordó, Gren green grass o el popular tema de Chuck Berry Johny B Goode y Great Balls of Firede Jerry Lee Lewis, tema con el que cerró su cita en Alicante. Todas fueron recibidas con grandes aplausos y cantadas, cada cual como podía, al unísono.

Tom Jones, durante el concierto.

Tom Jones, durante el concierto. / PILAR CORTES

Pero la mayor euforia para los espectadores se desató con canciones como It’s not unusual, Delilah o, por supuesto, Sex bomb, retrocediendo hasta 1999, con la que ya no hubo quién se estuviese quieto. Ahí se bailó, se coreó y se aplaudió a rabiar al artista que no paraba de mover la cadera con cierta coquetería y de interaccionar con el público que pudo disfrutar de ese talento innato del que, de momento, no se ven visos de agotarse. Y así durante casi dos horas, en un espectáculo en el que la iluminación tuvo mucho protagonismo.

Si alguien fue al concierto mentalizado para encontrarse a un entrañable anciano de 83 años, al que escuchar por nostalgia con una alta dosis de condescendencia, seguro que quedó decepcionado. Tom Jones sigue siendo una fiera, El Tigre de Gales mantiene su trono y no tiene intención de abdicar. 

Al finalizar, el público se hacía una pregunta: ¿Dónde hay que firmar?