Tribuna

¿Ya no hay autores en Alicante?

¿Ya no hay autores en Alicante?

¿Ya no hay autores en Alicante? / FrancescSanguino

Francesc Sanguino

Francesc Sanguino

Durante estos más de treinta años hemos tenido la oportunidad de asistir a obras dramáticas de centenares de títulos de teatro de autor. La dramaturgia de Alicante ha estado presente en la Muestra. A uno le llama la atención que estos dos años de nueva singladura no haya habido ningún título de escritores cuya producción se desarrolle en Alicante. Al menos, alguien que veranee en Alicante. De los catorce autores y autoras, todos bien interesantes, en esta edición cuatro provienen de la ciudad de València, tres de Madrid y dos de Andalucía. Galicia, Euzkadi, Catalunya, Baleares y Castelló presentan un título.

Esta ausencia de títulos de autores alicantinos no se puede achacar a que la directora sea de València o a que la Muestra se pergeñe allí, ya que Heras era madrileño, la pergeñaba en Madrid y rara vez en treinta años faltó una representación de la casa. Por tanto, bien su directora no ha encontrado obras disponibles en sus dos primeros años, o no consideró que tuvieran calidad suficiente. Nada de ello es objetable. Pero hay que añadir que, a diferencia de estos treinta años, el equipo de la Muestra es por completo de València, y los vinculados a Alicante son voluntarios con derecho a camiseta. Es otra de las marcadas diferencias con respecto al pasado: en la organización han llegado a participar más de un centenar de alicantinos. Si a las instituciones alicantinas esto les parece bien, pues a mí me parece bien (yo estoy hace tiempo en modo avión). Salvo que parece que algunos se están removiendo en su asiento sospechando que los cambios de estos dos años sean producto de una estrategia de deslocalización de la Muestra. Si todo el equipo es de València… Acaben ustedes la frase.

En cuanto a público, la propia directora reconocía que el 60% de los espectadores de la Muestra no han ocupado butacas, sino que han sido visitantes de una instalación en el MACA, y lo encontraba como un efecto feliz. Desaparece el teatro de calle, desaparece el teatro para público infantil, desaparecen los homenajes y los premios, y entran las instalaciones del MACA. En definitiva, la muestra es ahora más (todavía) del centro.

Pero lo que me preocupa es qué estará ideando el Ayuntamiento de Alicante y la Diputación para paliar esta caída de presencia alicantina en la dramaturgia española. Todos sabemos que un dramaturgo no se hace en un día. En 2016 tuve la satisfacción de iniciar la Residencia Estruch. Ya cuenta con seis ediciones y ha representado en el Principal autoría de Antonio Cremades, Josi Alvarado, o el debutante Marcos Montagud, es decir, el 50% de proyectos han sido autoría local. Alacant a Escena es un proyecto que ha estrenado a nuevas voces dramatúrgica como Eva Collins, Sara Ruiz, Jose Maleno, Esther Abellán o Juan Diego Cerdá, entre otros. Pero este no fue el principio: en 2001 organicé con Miguel Valor, entonces diputado provincial de Cultura, la I Muestra de Autores de Teatro de la Provincia de Alicante. Solo hubo una edición, eso sí.

Pero el IVC no se queda atrás y debería también tomar nota: lleva sin repetir desde hace cuatro años aquellas pequeñas producciones de teatro hechas en Alicante. Ni han sido generosas ni han sido frecuentes: cinco en treinta años. Y se han gastado la mitad de lo que se gastan en cualquier producción de València. No fue mi caso, porque mi única producción pública, tan escuálida como las citadas, fue decidida por el PP, y el IVC descartó estrenar la versión en valencià comprometida. Paradojas: a veces no hace falta ser leal a la institución.

En conclusión, parece que la ciudad de València sí tiene ese relevo de los noventa, y tiene como plataformas para mostrarlo las producciones del IVC, el Taller de Dramaturgia, con sede ambos en València, como ahora suman la ciudad de Alicante con la Muestra. Confío en que los dirigentes de Cultura de nuestro Ayuntamiento como de la Diputación escuchen a esa nueva dramaturgia de aquí que trata de crecer y no encuentra espacios ni inversión pública mínima. La Muestra debería ser uno de esos espacios, como fue en el pasado. Al fin y al cabo, la Muestra se financia en parte con el reparto de impuestos locales y provinciales, impuestos por los que al Partido Popular siempre se le ve tan preocupado.