En agosto María Bernabeu desea estar entre las elegidas para competir por el título mundial en Río de Janeiro. Es su sueño más inmediato. El más lejano los Juegos Olímpicos de 2016.

¿Qué sintió al colgarse el oro en Praga?

Me puse muy contenta porque se ve el trabajo que llevo haciendo desde hace mucho tiempo. Es una gran alegría, en general mucha satisfacción.

¿Cómo se desarrolló el combate final?

La brasileña es la número dos del ranking y nos esperamos para atacarnos. A las dos nos sancionaron por pasividad. A falta de un minuto la volvieron a sancionar a ella con otra pasividad. Así que el marcador ya reflejaba un 2-1 a mi favor. Aguanté y fui al ataque hasta que pasó el tiempo.

¿Ganar contra la número dos es mucho más meritorio?

No supe que era la número dos hasta después del combate. Cuando me enteré la alegría fue muy grande.

¿Es una de sus grandes rivales del futuro?

Ella es de Brasil y allí se disputarán los próximos Juegos Olímpicos. Están apostando por ellas con un alto presupuesto y llevándolas a competir a muchos sitios para estar a la altura. Es una rival directa para ese evento y con anterioridad para la clasificación para llegar a Río. Tenemos más o menos la misma edad.

¿La final fue el combate más duro de los disputados en Praga?

El más complicado fue contra la francesa. Pasquet tiene más de 30 años y una gran experiencia en la competición. El combate fue duro y la experiencia hace mucho. Lo pude sacar por mi actitud de querer ganar el combate y por su cansancio.

El siguiente escenario es Turquía.

En tres semanas está el Grand Prix de Turquía que es una cita importante, ya que acudirá gente de mucho nivel. Habrá que prepararse para estar al máximo.

Esta temporada también hay que dirimir el título mundial en Río de Janeiro.

Es la gran cita y gran objetivo, aunque no es solo estar sino tener opciones reales de subir al podio. Es un camino duro con mucho trabajo y dedicación, con el apoyo de mis entrenadores, compañeros y familia.

¿El gran sueño son los Juegos Olímpicos?

Es mi sueño deportivo desde que empecé la competición con 13 años. Para los deportes minoritarios, con menos apoyo que el fútbol, son cuatro años muy duros y con mucho esfuerzo. Es la meta final, el sueño.

¿En otros países se puede vivir de este deporte?

En Francia es el segundo deporte más practicado. Una judoca puede estar ganando unos 1.400 euros pagados por su club. Existen los fichajes y es profesional. Además, las empresas invierten en este deporte.

¿Quiénes son sus referentes en el mundo del judo?

No tengo ninguno, ha pasado mucha gente y he tenido muchas influencias positivas como las de José Alberto Valverde, Miriam Blasco y ahora mismo mi actual entrenador, Carlos Montero. También nombres no conocidos como mis compañeros de club. Son referentes que cada día me apoyan. Todo el mundo me aporta algo bueno e interesante.