Un Celta deprimido y en caída libre en Liga, donde encadena cinco derrotas, busca un triunfo hoy (21.00/Movistar Partidazo) ante el Madrid, que se juega en Balaídos llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo para conquistar el título liguero.

Al equipo de Zidane le basta con puntuar en Vigo e igualar el resultado del Barcelona el domingo para proclamarse campeón. Matemáticamente necesita 4 puntos de 6 para ser campeón. Así, el Madrid se juega la vida y el Celta únicamente su orgullo, tras quedarse sin opciones de luchar por los puestos europeos.

El momento en el que se deciden los títulos no puede ser mejor para un Real Madrid lanzado en lo físico y lo moral. La segunda unidad respondió ante las rotaciones de Zidane, que ya se acaban para los tres últimos encuentros de la temporada. En Balaídos y La Rosaleda se decide el título marcado como gran objetivo del curso. En Cardiff ante la Juve la posibilidad de hacer historia al ser el primer equipo en reeditar éxito en Liga de Campeones y firmar un doblete histórico.

Zidane no quiso entrar ayer a valorar los maletines que puede recibir el Celta de Vigo por vencer a su equipo, y defendió que «jugará como profesionales que son».

«Pensar únicamente en Balaídos», ese fue el mensaje que no se cansó de repetir Zidane en su penúltima rueda de prensa previa a un partido liguero, con la mente puesta en una final.

«Estamos preparados, nos faltan dos finales y se acabó la Liga. Físicamente estamos bien y solo pensamos en el partido de Vigo. El Celta que va a jugar lo hará como siempre, como profesionales que son y nada más», manifestó sin querer entrar en suspicacias de primas a terceros.